Era cuestión de tiempo, porque unas cosas llevan a otras y se empieza con una pequeña raja, se pasa a un boquete a la altura de las rodillas y se acaba con unos rotos que convierten el pantalón en una prenda de adán. Hasta llegar a un ejercicio de máximo minimalismo que deja todo en nada. Es lo que ocurre con los denominados vaqueros tanga, que solo tienen la tela de las costuras en su azul tradicional y la blanca de los bolsillos.
Por el módico precio de 140 dólares. Además no es una provocación de unos principiantes sino una apuesta de una empresa seria. Los vaqueros son una prenda muy versátil con la que se han realizado todo tipo de experimentos, que no pasa de moda, o que renace como el ave fénix.
Pero llegados al vaquero tanga el paso siguiente es el jeans sin ningún tipo de tela, del que se puede suponer un precio todavía mayor. Hasta que alguien se atreva a gritar que el rey va desnudo.
