Opinión

La esencia del mal

Desconozco si los padres de Marta del Castillo saben mucho de filosofía, teodicea o teología, pero han clavado la definición del asesino de su hija, Miguel Carcaño, como “la esencia del mal”, tras el nuevo fracaso en la búsqueda del cuerpo de su hija, después de la última prueba científica a la que fue sometido. Los padres no podrán descansar hasta que se encuentre y con ellos casi toda la sociedad española excepto Carcaño que sigue jugando con ellos y que actúa como un dios menor y malvado, el único omnisciente, porque es el único que conoce donde está el cadáver, y que se siente todopoderoso sin que jueces, fiscales y policías hayan podido doblegarle para que lleve la paz a la familia de Marta.

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