Las organizaciones independentistas han decidido conmemorar el primer aniversario de las matanzas de Las Ramblas barcelonesas y de Cambrils al margen de la convocatoria oficial realizada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El motivo es la presencia de Felipe VI, que será la segunda vez en su mandato que participa en una manifestación.
La primera fue en repulsa de esos atentados y tuvo que padecer la bochornosa actuación de los independentistas que se olvidaron del motivo del acto y que ahora se manifestarán ante la prisión en la que están encarcelados algunos dirigentes del procés separatista. El conseller de Interior catalán ha pedido que no se politice el acto. Bien podrían haber hecho lo mismo con el de hace un año.
Han tardado en darse cuenta de que aquella actitud provocó un rechazo generalizado dentro y fuera de nuestras fronteras que en nada favoreció sus intereses. Por el contrario los representantes de las principales instituciones del Estado estuvieron donde tenían que estar.
Y volverán a estarlo.
