Opinión

Estatua

Doce años más uno les ha costado a los organizadores del Roland Garros rendirse a la evidencia. Nadie ha logrado lo que ha conseguido Rafa Nadal y probablemente pasará muchísimo tiempo hasta que otro tenista iguale o supere las trece copas de los Mosqueteros que el tenista mallorquín tiene en sus vitrinas. Y no ha sido fácil, porque en la mayor parte de los casos tuvo al público parisino en su contra a pesar del exquisito respeto con el que el tenista les agradecía su apoyo, que no era tal. En la entrada del público, para que nadie se quede sin verla, se ha levantado una estatua de tres metros de Rafa Nadal en un homenaje más que merecido. Pero como la alegría nunca es completa al mallorquín le ha tocado Novak Djokovic en su mismo grupo, con el que puede encontrarse en semifinales si todo va como se prevé. Una final anticipada que parece preparada para ponerle una última piedra en el camino antes de que llegue a la final y a su hipotética decimocuarta victoria.

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