Podría decirse que la frase no casa con su talante, ni con la forma de abordar los problemas basada en la frase de Mark Twain, “No dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”. Pero también es cierto que a veces le sale algún ramalazo de soberbia, disfrazado de la ironía galaica de la que hace ostentación en los debates parlamentarios cuando atiza a los adversarios. Además, no es la primera vez que un presidente del PP se arroga en solitario un éxito colectivo. Así hizo Aznar con la entrada de España en el euro. Mariano Rajoy ha confesado al diario italiano La Repubblica que: “He salvado a España y ahora toca cerrar las heridas”. Y lo ha hecho él solito, oiga. Sin, por ejemplo, un amplio consenso parlamentario para aplicar el artículo 155 de la Constitución. Siempre le quedará la excusa de que ha sido malinterpretado en su falta de generosidad.
