Opinión

Girar y girar

Riesgo no es pasar de la mesa del Consejo de Ministros a la asesoría de una multinacional del juego española como ha hecho el exministro de Justicia con Mariano Rajoy, Rafael Catalá, aunque el juego sea una actividad adictiva y entrañe peligros como caer víctima de la ludopatía perder sueldo o pensiones, y dejar a los jóvenes afectados para siempre o casi. Las puertas giratorias no son arriesgadas como no lo son los lobbies de aquellas empresas que cuentan con dinero de sobra para intentar torcer o influir en voluntades. El riesgo en estos casos es enfrentarse a la maldita hemeroteca o al espejo a la hora de afeitarse, aunque en este último caso suele estar empañado por el vaho de la ducha. Esta es otra de las asignaturas pendientes, no de la democracia así en genérico que llevamos cateadas desde hace cuarenta años, sino de una democracia solvente y madura para que todo el mundo sepa a que atenerse. No se trata de condenar a los políticos con grandes responsabilidades al ostracismo y de que no puedan volver a sus labores. Se trata de que haya algo de coherencia en gente que siempre tiene posibilidad de elegir. Otros ni eso.

Te puede interesar