Para los nacidos a partir de los años ochenta puede ser la imagen del futuro. Pero para los nacidos antes de esos años es una imagen del pasado, un retorno de la nostalgia, del blanco y negro, de cuando se tenía una confianza ciega en el futuro y, salvo los conspiranoicos y negacionistas, se seguían las misiones espaciales como un logro colectivo de la humanidad. Las cápsulas de los cohetes Apollo entraban en la atmosfera desplegaban los paracaídas y amerizaban para que sus tripulantes fueran recogidos de forma inmediata por los buques de la US Navy y una vez en ellos eran sacados del habitáculo a la sillita la reina para ser llevados a los exámenes médicos de rigor. Los jóvenes mencionados ya tienen el amerizaje de la cápsula Dragon Endeavour fruto de la colaboración público-privada con pasaje de ida y vuelta a la estación espacial Internacional. Los amerizajes han puesto punto final a los aterrizajes de transbordadores, también tan hermosos y sugerentes.
