Lleva razón el juez del Tribunal Supremo, Antonio Sala, cuando dice que las mujeres tienen menos fuerza que los hombres. Ese es un hecho biológico fácilmente constatable. Pero de ahí a colegir que esa es la causa de la violencia de género, como si una equiparación de las fuerzas entre los dos sexos fuera a dar lugar a un empate en brutalidad media un gran trecho. La violencia contra las mujeres no es una cuestión de fuerza física sino de actitud moral que muchas veces acaba con una mujer muerta con un cuchillo clavado en el corazón. Y no lleva razón el juez cuando afirma que la violencia machista se debe a "la maldad del ser humano". No es así, a no ser que se prive de la condición de humana a la mujer y nos perdamos en los tiempos oscuros sin civilización.
