Siempre he defendido a la baronesa Thyssen. Nunca se le agradecerá bastante lo que hizo para que la colección atesorada por su marido vinera a Madrid, para lo que se habilitó un palacio donde mostrarla y se pagó un precio muy razonable para la calidad, cantidad y vacio que cubría en los museos españoles. A esa adquisición se sumo luego el contrato sobre su colección particular que contenía también algunas obras memorables las cuales se muestran en Madrid, un museo en Málaga y otro en Barcelona. Hay que seguir agradecido por tanto a la baronesa. Que haya decidido vender cuatro obras entre las que se encuentra el Mata Mua de Gauguin, y cuadros de Degas, Monet y Hopper no es una buena noticia. Lo hace para “tener liquidez”. Carmen Cervera debe necesitar mucho dinero por cuanto la expectativa es que pueda obtener por el cuadro más de 150 millones de euros, que el Gobierno no está dispuesto a pagar. Con esa cantidad unas 42.500 familias podrían cobrar el ingreso mínimo vital.
