Opinión

Patada

El exministro socialista, José Luis Corcuera, vieja guardia facción antisanchista, tuvo que dimitir cuando al Tribunal Constitucional no le gustó su ley de Seguridad Ciudadana, conocida como "de la patada a la puerta", con lo cual se ha debido sentir orgulloso de la acción de los policías nacionales que echaron abajo la puerta de un domicilio en el que se celebraba una fiesta ilegal en la que se vulneraban todas las reglas anticovid. Las patadas a la puerta están muy mal, aunque a alguien le pudiera parecer bien y que a los infractores se les aplicara algo más que una sanción administrativa. Claro que ante la ilegalidad flagrante se podía utilizar otro de los métodos tradicionales de afrontar los problemas, legislar en caliente, y que los irresponsables fiesteros sufrieran condenas proporcionales a su delito de insolidaridad, y que se incrementaran a los recalcitrantes y a los reincidentes hasta la pena de ayudar en los hospitales covid.

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