Opinión

Piel fina

Los independentistas catalanes que no paran de quemar fotografías colocadas boca abajo del rey actual como lo hicieron en el anterior, que no cesan de quemar banderas españolas cuyos autores, cuando han sido procesados, han sido absueltos porque lo que hacen está amparado por la libertad de expresión, tienen la piel muy fina y van a denunciar a la fiscalía la quema de un pelele que representaba al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, después de tirotearlo cumpliendo la tradición en el pueblo de Coripe (Sevilla) por si fuera constitutivo de un delito de un delito de incitación al odio y a la violencia. Antes que los jueces decidan y posiblemente también lo consideren una muestra de las libertades públicas sería mejor que todos respetaran los símbolos de todos y cada uno. Lo que no se puede hacer es aplicar la ley del embudo, ponerse exquisito y hacerse el ofendido cuando los ayuntamientos independentistas agrupados desprecian de continuo los símbolos constitucionalistas. 

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