Opinión

Portfolio

De acuerdo: una imagen vale más que mil palabras. Pero no es menos cierto que una imagen puede acabar con una carrera política, o dejarla tocada, o convertir a su protagonista en carne de cómicos, por muy trágico que sea el motivo que la inspira. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no ha querido ser menos que su jefe de filas, Pablo Casado, y ha protagonizado un portfolio en el que se presenta vestida de negro, con imágenes en las que aparece con gestos dolientes y apenados, ora como una Virgen dolorosa, ora como una doliente viuda, ora como una bailaora a punto de bailar una seguiriya solemne y triste. Ante una pandemia como la del covid-19 los ciudadanos quieren gobernantes empáticos, que comprendan lo que les está pasando, pero sobre todo que traten de resolver sus problemas, que sean eficaces a la hora de afrontar una solución inédita y que no cometan los errores que atribuyen a sus adversarios. Díaz Ayuso afirma que dedica todo su tiempo a resolver los problemas de los madrileños y a velar por su salud, pero entre tanto ha sacado unos minutos para una sesión fotográfica que corre el riesgo de convertirse en boomerang para su figura pública.

Te puede interesar