Los Presupuestos Generales del Estado son la ley más importante del año. Según lo visto, y dada la fragmentación del Congreso, con ausencia de mayorías absolutas estables puede que las cuentas públicas que se aprueban, con la previsión de que sean sustituidas por unas nuevas al año próximo, sean las que rijan a lo largo de la legislatura. Los PGE son la plasmación económica de las previsiones políticas de un Gobierno. Por ese motivo que se pida al principal partido de la oposición que los apoye es una actitud bienintencionada que se sabe imposible, porque entonces dejaría de ser alternativa para llevar a cabo sus políticas. En la situación actual poscovid-19, podría darse ese apoyo, por cuanto la mayoría de la ciudadanía pide acuerdos de largo alcance. Pero ni por esas, Gobierno y PP se acusan mutuamente de no querer pactar, algo que también entra dentro de la normalidad democrática incluso en tiempos tan anormales. El Gobierno debe trabajarse los apoyos de la investidura de Pedro Sánchez y de Ciudadanos. Porque no se pueden pedir peras al olmo.
