Qué vergüenza en Gran Bretaña hay racismo!”, dijo el capitán Louis Renault después de ver la entrevista de los duques de Sussex, Harry de Inglaterra y Meghan Markle, con Oprah Winfrey, en la que la duquesa reveló que un miembro de la Familia Real se había mostrado preocupado por la intensidad del color negro que tendría la piel de su hijo Archie. Que en Gran Bretaña, como en otros países, hay una suerte de racismo institucionalizado y más o menos soterrado, no es una novedad. Al capitán Renault le corresponde ahora, quizá ayudado por el agente 007 que apareció junto a la reina Isabel en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, investigar quien es el autor de la declaración de racismo. Como todos los casos turbulentos tiene otras derivadas como la incomprensión de su situación y el cerco de los tabloides, que la llevó a pensar en el suicidio. Renault además de investigar podrá dedicarse a otra de sus actividades favoritas, que comparte con los británicos, apostar por quien es el racista real.
