Opinión

Ritos funerarios

No se ha dado aún con la clave para el bien morir y ya se plantean problemas con el bien enterrarse, por decirlo a la antigua usanza o hacer desaparecer el cadáver como si se tratara de una serie de criminología. Dentro de unos años, en el testamento vital, además de decir lo que se debe hacer con nuestro cuerpo en vida habrá que testar también la forma del entierro o como quiera que se vayan a denominar las nuevas formas en las que el cuerpo vuelve a convertirse en polvo, que al parece eso no va a cambiar. El Estado de Washington, en EE UU, está a punto de aprobar una ley en la que se permitirá la "reducción orgánica natural", que consiste en convertir en abono el cuerpo muerto, el 'recomposting', un proceso que dura entre cuatro y siete semanas y la funeraria en lugar de entregar a los deudos una urna con cenizas les facilita dos carretillas de abono orgánico. El coste del proceso de descomposición es mucho mas barato que la cremación y contamina menos, y por supuesto que el enterramiento, que ya se sabe cual es el precio del suelo. Se está ante un nuevo rito funerario que va a volver locos a los antropólogos que lo tienen que explicar.

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