Opinión

Sin momento de gloria

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no solo diluyó el efecto del nombramiento de Pablo Iglesias como presidente segundo cuando dio a conocer que el Ejecutivo tendría cuatro vicepresidencias, la última para los problemas "verdes", sino que también ha amargado, o al menos distraído, la fiesta de todos los nuevos ministros de Unidas Podemos, los primeros que hacen historia al formar parte de un gobierno de coalición.

De sobra sabía Sánchez y sus fontaneros que el anuncio de que Dolores Delgado sería la fiscal general del Estado opacaría sus tomas de posesión, su primer momento de gloria, sus quince minutos de gloria en sentido estricto porque a partir de ahora tendrán tantos momentos buenos como malos, o es probable que más de los primeros, dada su procedencia que muchos no asumen como algo normal. Este hecho no es motivo para empezar a dudar de la  cohesión del Gobierno, pero sí es un síntoma de que la legislatura comienza fuerte y que aquello de los cien días de gracia es cosa del siglo pasado.

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