La industria del automóvil es esencial para la economía española y ante una situación de crisis económica es acertado que el Gobierno ponga en marcha un nuevo plan Renove sea cual sea su nombre para revitalizar el comercio de automóviles, que a su vez está relacionado con la movilidad sostenible, con la puesta al día de un parque de automóviles envejecido y contaminante. El futuro es el coche eléctrico, no cabe duda. Ahora bien, que las subvenciones previstas sean de 5.000 euros para los coches eléctricos que son carísimos y están al alcance de muy pocas personas mientras que para aquellos que consumen gasolina o gasoil la ayuda sea de 800 euros supone que se va a subvencionar a los ricos en detrimento de quienes no pueden aspirar todavía a un coche de baterías y se tiene que conformar con un coche tradicional, que son los que más se venden. Sostenibilidad, sí, y progreso por supuesto, pero los coches eléctricos están todavía muy lejos de generalizarse y, o bajan los precios o la mayoría seguirá teniendo que ir a la gasolinera.
