La sentencia que condena a los miembros de La Manada a nueve años de cárcel por abusos sexuales en lugar de por agresión ha sido tomada con un termómetro judicial en la mano, dado que los expertos que la han analizado dicen que se trata de una cuestión de grados, a la hora de la valoración de las pruebas en relación a conceptos jurídicos como violencia, intimidación, consentimiento…: A más grados, más condena; a menos grados, menos cárcel. Los jueces llevan ese medidor incorporado, lo que les permite tomar la temperatura en cada momento procesal. Uno de los miembros del tribunal lo debía tener directamente estropeado. Los otros dos magistrados no han apreciado suficiente fiebre como para considerar que se ha producido una violación en grupo. Si de grados se trata, mejor juzgar con termómetros científicos de los que utilizan Celsius o Farenheit, que no dejan lugar a interpretaciones.
