Opinión

Universidad

Cada Universidad establecerá un sistema de evaluación de sus alumnos distinto como consecuencia de la suspensión abrupta de las clases por el coronavirus. El perjucio para los universitarios es evidente y su formación puede verse resentida. ¿O no? El asunto, con la gravedad propia del momento se puede relativizar bastante. Recuérdese que muchos de los profesionales de una cierta edad realizaron sus estudios universitarios en los últimos años del franquismo y en es tiempo eran tan frecuentes los días de clase como los de huelga, ora de penenes, ora porque se convocaba una de carácter general, ora por solidaridad con algún sector obrero en huelga. El no va más del curso interrruptus fue aquel en el que se implantó el denominado "calendario juliano" según el cual el curso universitario comenzaría en enero y duraría un año natural. Y así fue en 1974. Pero el ministro Julio Rodríguez dejó de serlo y su sucesor volvió al calendario tradicional, con lo que el curso acabó en junio y entre medias se sucedieron varios meses de huelga. Cada cual rellenó esas lagunas como pudo pero a la hora de trabajar nadie preguntó por las horas lectivas perdidas.

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