Opinión

Acabar con el botellón a cañonazos

Salvando las distancias, lo que hoy sucede con el botellón recuerda a lo sufrido ayer con la sanidad: primero recorto y luego digo que no hay camas suficientes ni encuentro médicos para cubrir vacantes. A la hora de gestionar estos excesos en la vía pública, después de estar años viendo cómo las plantillas policiales van menguando ahora se quiere disfrazar de inevitable esa falta de patrullas y el mal servicio proporcionado pese al esfuerzo de los trabajadores. La ciudad de Ourense es un ejemplo: la Policía Local tiene medio centenar de agentes menos que los previstos en la RPT y la Policía Nacional debe trabajar con un déficit de personal por encima del 20%.

Estos obvios agujeros no funcionan como excusa para entender la clamorosa falta de reacción de los responsables de un municipio del tamaño de la capital provincial. No parece necesario pedir la intervención de la UME ni tener que evacuar a los jóvenes a las bravas para coordinarse entre las cúpulas policiales y diseñar una campaña de prevención eficaz, con agentes desde primera hora de la noche vigilando los centros neurálgicos para evitar concentraciones de madrugada.

La realidad ha ido en sentido contrario y al final tuvo que intervenir la Xunta decretando el cierre de plazas y parques para intentar evitar esas imágenes repetidas por toda Galicia. Concentraciones que además de ser una amenaza sanitaria -por la pandemia y por el propio consumo descontrolado de alcohol, con la posible presencia de menores- y un serio problema para los vecinos minan la escasa moral de la hostelería y ocio nocturno, ahogados en nuevas restricciones y deudas mientras ven cómo a solo unos metros se agolpan los chavales sin distancia ni mascarilla. Y tampoco hacía falta esperar a ningún comité interterritorial para reactivar la aprobación de la norma antibotellón del Concello de Ourense.

Lo peor es que hay serias posibilidades de que superada esta crisis todo se vaya al traste: posiblemente no haya acuerdo con la oposición, el proyecto regrese a su cajón y tocará esperar a la publicación dentro de unos meses de otra fotografía nocturna de As Mercedes o el parque de la Zapatilla para reiniciar el bucle.

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