Opinión

La política laxante de Jácome

Tanto habla Jácome de “desatascar Ourense” que lo van a terminar confundiendo con un operario de Desatranques Jaén. Hoy es mucho más difícil conocer los planes del alcalde para la ciudad que recordar los supuestos contratiempos encontrados en su camino. Él solía decir que “DO no es de izquierdas ni derechas” y quizás tenga ideología de laxante: se presentó alertando de la parálisis de la ciudad (abril de 2019), anunció un “plan masivo” para “desatascar” el Concello (julio del 2019), amplió al tope los asesores argumentando que agilizarían la gestión (octubre del 2019), activó los “guardianes del tiempo” para controlar los procesos internos (junio del 2020), contrató un city manager para “poner en marcha la maquinaria interna” (julio del 2020), volvió a prometer “desatascar Ourense” tras la ruptura con el PP (septiembre del 2020), contrató a 13 interinos para “desatascar los trámites” (octubre 2020), quería fichar a otro director general al ver al Concello “colapsado”(febrero del 2021) y anuncia la incorporación temporal de otros 27 trabajadores para “agilizar trámites administrativos” (junio del 2021).

Fiscalizar su trabajo comparte raíz con el análisis literario: al final todo va sobre el paso del tiempo. Jácome lleva dos años viviendo en el día de su debut y por eso la primera rueda de prensa que dio como alcalde le sirve de balance de su primer año o de su segundo: cogiendo ciertas frases es inviable saber si las pronunció en julio del 2019 o el lunes pasado. “El Concello no puede estar más tiempo con expedientes que duermen en los laureles”. ¿Fecha? Mayo del 2020. “Es imposible poner en marcha el coche sin arrancarlo antes”. ¿Fecha? Junio del 2019. “No pienso tolerar que los técnicos municipales me sigan frenando”. ¿Fecha? Mayo del 2021. “Todo era un caos y lo estamos atajando”. ¿Fecha? Junio del 2020. Sorprende cómo mientras su discurso quedó congelado en esa primera jornada en Alcaldía sea luego tan sencillo detectar si una postura de Jácome es previa o posterior a tocar el poder. El mismo Gonzalo que cuestionaba al bipartito la contratación de asistencias técnicas, pedía recortar la plantilla municipal, criticaba los enchufismos y planteaba rescatar externalizaciones mangonea ahora con las concesiones mientras monta una desproporcionada administración paralela en la que se combinan perfiles cualificados, desconocidos y folclóricos.

El reflejo de Jácome sirve a la vez para medir sus contradicciones y evaluar su impacto: si alguien que lleva dos años gobernando implementa medidas para acabar con un problema que ya denunciaba en la oposición está reconociendo el mismo nivel de éxito que cuando acepta la vuelta de su exsocio con las condiciones previas al portazo. Es probable que por eso mire tanto a lo que sucede dentro del Concello; al menos así intenta desviar el foco de lo que sucede fuera: la contestación social aumenta, los servicios siguen en precario, se acumulan las quejas por la falta de desbroces, se desparrama el botellón, la política de obras es tapar baches y tampoco parece que la Policía Local pase un gran momento. Eso sí, es muy curioso comparar la lentitud con la que el gobierno municipal responde al ciudadano frente a la rapidez con la que salieron ayer a intentar desmentir a la propia intendente después de que se supiese que la ciudad estuvo 12 horas con un solo agente en la calle. Si en diciembre del 2018 el Jácome opositor avanzaba “medidas legales” al estar siete agentes de patrulla en Fin de Año -“la ciudad, en alerta de desatención por el caos de organización de la Policía Local”- ahora, por lo visto, el servicio funcionó “con normalidade”.

Te puede interesar