Opinión

Rogelio, un prometedor talento para Expourense

Uno se reconcilia con el corazón de la política por decisiones como esta: el conselleiro de Economía, Francisco Conde, demostrando su apuesta por la juventud y su conocimiento de Ourense tras haber pisado As Burgas en unas vacaciones confirma lo adelantado por La Región y sitúa a Rogelio Martínez de director gerente de Expourense. Aterriza así este prometedor talento con la misión de sustituir a Alejandro Rubín e impulsar el proyecto ferial a largo plazo. O al menos durante los ocho meses que le faltan hasta cumplir los 65 años en diciembre.  

El movimiento visibiliza la apuesta por Expourense y en paralelo ayudará con la base de su futura jubilación a Rogelio, reforzado como el gran ex ourensano: alcalde de Arnoia, vicepresidente de la Diputación, delegado de la Xunta o presidente de la Mancomunidade de O Ribeiro. Y en todos sus ex-puestos dejó huella, tan visibles como las “paparotas” pagadas con dinero público en negocios familiares o el tanatorio adjudicado a la empresa de su primo al borde de un cementerio -desoyendo a Patrimonio y Sanidade-. Caracterizado por su bonhomía y lealtad a las personas que lo impulsaron en política, como José Luis Baltar, siempre supo leer oportunidades como las de Bruselas: como regidor y presidente de la sociedad Ceivam firmó subvenciones Leader para firmas en las que participaba y acabaría obligado en 2009 por la Audiencia Nacional a devolver 50.000 euros de una planta de biomasa nunca construida en Arnoia. También con fondos europeos se instaló un centenar de depuradoras mientras Martínez era vicepresidente provincial: la mayoría nunca funcionaron o gastaban tanta electricidad que los concellos no podían soportar el gasto. Hacienda exigió devolver los 10 millones de euros, el caso terminó cerrado en 2018 porque los hechos habían prescrito y en la bruma quedaron las acusaciones de la Olaf incidiendo en licitaciones manipuladas para beneficiar a las adjudicatarias -una vinculada a un hermano suyo-. 

Por aquel entonces todavía seguía imputado por esa famosa planta de biomasa, con una larga ramificación penal archivada por la Audiencia Provincial en 2019 tras varios recursos y la peculiar posición de ciertos jueces y la Fiscalía. Feijóo lo relevó de la delegación en 2015, aunque Martínez siempre ha asegurado que la decisión del presidente de la Xunta era para “rejuvenecer” la Casa de Chocolate y no por sus problemas judiciales. Quizás por eso, para insuflar aires nuevos, llega a Expourense el hombre que en 1979 se convirtió en el alcalde más joven de España. Cuarenta y dos años de sueldos públicos más tarde, es tan indudable que por su nuevo empleo ha sido tenaz después de amenazar con tomar medidas tan drásticas como volver a su profesión -empleado de banca al parecer- como sorprendente es la política de contratación de la Xunta: igual emplea a un trotskista como Santiago Lago -este mes con la chaqueta de la cheka monclovita- que recupera a este dandi de modales tan acordes con el bando del birrete.

Es ciertamente desolador comprobar cómo afronta el gobierno autonómico temas clave para Ourense, deformando sin rubor el propósito del complejo ferial que mejor funcionaba en Galicia -de hecho, la amistad de Rubín será su único flotador para evitar el naufragio-. Y ahora, si quieren completar el roto, ¿por qué no nombrar también a Rogelio gerente de la Tecnópole?

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