Opinión

De la violencia a la mentira

Ramón Dacosta y Manuel Cabaleiro visitaron La Región el pasado mes de septiembre. El motivo, agradecer el trato y apoyo recibido al club y analizar el futuro y la colaboración de una temporada que se presentaba ilusionante. Ayer lunes, el todavía presidente de la UD Ourense, defendía sus reconocidas amenazas verbales (a la vez que negaba las físicas) asegurando que este diario ha dado un trato negativo hacia el club desde su creación. Mentiras y excusas para justificar lo injustificable.

El medio de prensa escrita que más información da sobre la UDO, el que retransmitió en Telemiño en directo el partido del ascenso a Tercera División en Atios, el que lo ha hecho portada recurrente  durante las temporadas y el que se ha hecho eco de cuantos buenos resultados ha conseguido. El mismo que ha criticado lo que le ha parecido correspondiente de su gestión administrativa y el que nunca ha mirado hacia otro lado cuando se ha posicionado del lado de los aficionados radicales.

Cuando alguien no acepta la crítica o solo respeta el halago no está preparado para ocupar un cargo de representación. Ni él ni cuantos le apoyan y animan a seguir adelante en un camino que saben lleva hacia el abismo. Porque en situaciones así el que miente siempre pierde y Dacosta y quienes le siguen están llevando al club al abismo.

Igual que los que hoy se atreve a poner en duda a dos periodistas que hacían su trabajo y con la misma gravedad los que prefieren ponerse de lado no vaya a ser que los salpique el barro. Los cobardes y los malintencionados van en este caso en el mismo saco que los agresores y sus compinches.

En caliente es inadmisible. En frío todavía más. Si en el próximo partido o en el siguiente o en el primero de la segunda vuelta a José Luis Díaz a Pepe Garrote o cualquier otro periodista es intimidado, insultado o incluso agredido, Dacosta y sus escoltas serán los culpables serán los culpables. Es cuestión de tiempo de Dacosta sea devorado por sus mentiras desesperadas para ocultar que actuó  como un camorrista y agredió a dos periodistas. Los que hoy se ponen de ese lado no escribirán ni se retractarán, callarán o incluso tendrán la poca vergüenza de subirse al carro.

Por suerte o por desgracia en 24 horas ya se han caído muchas caretas y cada uno sabrá a quién puede y a quién no mirar a la cara. Los mismos que cuando necesiten apoyo o no dudarán en pedirlo a quién ahora reniegan. Los mismos que tendrán siempre el apoyo de La Región cuando la violencia haga acto de presencia en el deporte. Como ha hecho siempre cuando un jugador, un árbitro, un aficionado o un club ha sido agredido. Por supuesto, también si es de la UD Ourense.

Acciones como la de Dacosta hacen un daño demoledor al club que dice defender y en el que se escuda para salir del atolladero.

La Región tiene en su ADN la defensa del deporte y de los clubes ourensanos, cosa muy distinta amparar a quienes lo utilizan para justificar a los violentos. La UD Ourense no se merece esto. Ni las formas ni el fondo de un club que representa a muchos niños que juegan con su camiseta y también a los que se enfrentan a ella luciendo otros escudos.

Todas las instituciones que tienen responsabilidad en el mundo deporte han de pronunciarse. Eso o ser cómplices.

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