Opinión

Balcones a ras de suelo

Como cada día, a las 20:00 horas se suceden en cada calle de la ciudad homenajes a los sanitarios y a aquellos colectivos que ponen a disposición de la sociedad su profesionalidad para salvar vidas y vencer esta lacra que nos sacude, ya con menos fuerza. Entre aplausos, silbidos, cánticos y música los ciudadanos unen su voz y exteriorizan las emociones contenidas durante casi dos meses. Emociones que dese hace unos días ya se pueden trasladar también a ras de suelo, cada uno en la franja horaria reservada. 

La quedada de las 20:00 horas se ha convertido en un instante muy esperado para adultos y niños que ven el momento ideal para mantener esas relaciones tan necesarias, para sintonizar con el resto del vecindario, alcanzando una armonía hasta ahora desconocida. Un bálsamo al confinamiento. Es un grito a la esperanza y un hilo de optimismo hacia el final del túnel que cada vez vemos más cerca.

Durante estas siete semanas han sido muchos los actos de acercamiento de la labor policial a niños y mayores, gestos que sin duda han ayudado a superar el aislamiento social y han dibujado una sonrisa entre la población. Sonido de sirenas para felicitar cumpleaños, entrega de diplomas y carnés infantiles de policía o simplemente un guiño de complicidad ante la presencia de una patrulla policial. Pequeños detalles que pueden significar mucho.

Estas y otras iniciativas como los planes director, mayor, turismo o comercio seguro o los relacionados con los delitos de odio o los grupos vulnerables se canalizan a través de las delegaciones territoriales de Participación Ciudadana que son el cauce con la Policía sobre problemas en el ámbito de la seguridad a través de la cuenta de correo [email protected].

Conocer de forma directa los problemas que afecten a los ciudadanos y los planteamientos de los mismos en el ámbito de la seguridad es una misión de vital importancia para la Policía Nacional. Que la población tenga una vía de comunicación desde la que poder colaborar es un objetivo en el que la Institución debe volcar sus esfuerzos. 

La inoperancia y falta de liderazgo de algunos responsables policiales que, a veces, obvian la importancia de esta misión no reconociéndola en su justa medida, mermando así la motivación de sus integrantes y el radio de actuación de sus iniciativas, es un hecho que se reproduce a menudo en muchas unidades, pero por encima de todo, la mayor recompensa que puede recibir un funcionario es la satisfacción del deber cumplido y el cariño de los ciudadanos, que es realmente a quien se debe.

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