Opinión

Desamparo institucional

Alas fuerzas y cuerpos de seguridad se les ha asignado un difícil papel desde el inicio de la crisis sanitaria. Su labor se torna vital para contener la propagación del virus. El cumplimiento de una normativa cambiante, prácticamente cada semana, complica todavía más su misión. A ello hay que añadir la pasividad de las autoridades gubernativas y de los máximos responsables policiales en las reuniones de coordinación operativa establecidas al efecto. Un año después, todavía no existe unanimidad en el modelo de acta para formular las denuncias, ni tampoco se han despejado las dudas sobre el organismo a través del que tramitarlas o la normativa a aplicar según la infracción cometida. Los policías desconocen si su trabajo y el tiempo invertido, con la burocracia que lleva aparejada una propuesta de sanción, tiene recorrido. No saben si la detracción de efectivos de otros cometidos para dedicarlos al control de las medidas sanitarias obedece a un interés espurio o a un convencimiento de hacer cumplir la norma para prevenir contagios y garantizar la salud pública. 

Recientemente y con la vista puesta en esta Semana Santa, la Dirección General de la Policía ha ordenado establecer los dispositivos operativos necesarios para evitar las reuniones de personas no convivientes en los espacios privados. Sobre el papel está muy bien la norma, pero para poder cumplirla es necesario respaldar la actuación de los agentes policiales. Algo que no siempre sucede. En los últimos días se han sucedido todo tipo de valoraciones sobre los compañeros que desalojaron una fiesta ilegal en Madrid, debiendo utilizar la fuerza para acceder al inmueble. Es decir, obligan a la Policía a impedir como sea las fiestas ilegales y cuando se monta el cirio, los que antes incitaban a actuar, ahora se esconden dejando desamparados a los intervinientes. Los que se quejan de que la Policía no hace nada cuando es requerida para actuar en una fiesta ilegal que impide a los vecinos descansar o que pone en jaque el número de contagios en una determinada ciudad, ahora critican la actuación de la Policía Nacional.

Mi apoyo para ellos. Son excelentes profesionales y en el caso del subinspector actuante, se trata de una de las personas más formadas del Cuerpo en este tipo de intervenciones. Aunque puedan impactar las imágenes sesgadas difundidas por los detenidos, no se puede hacer cumplir la ley si no se está dispuesto a hacer uso de la fuerza. Nadie quiere ver como la Policía tira la puerta y detiene a las personas del vídeo difundido, hasta que son esos infractores los que te han llevado a la desesperación al no dejarte ni a ti ni a tu familia conciliar el sueño, ni descansar durante varios días, poniendo además en riesgo la salud de toda la ciudadanía.

Te puede interesar