Opinión

El CSI español

Hace dos meses terminaba el año en el que se conmemoraba el 25 aniversario de la creación de la Comisaría General de Policía Científica; esto no era un nacimiento, sino más bien una separación provocada por la importancia que estaba cobrando la especialidad, reclamando autonomía para seguir creciendo. El salto tecnológico que en estos últimos 25 años ha experimentado la sociedad ha hecho necesario traducirlo al campo policial, ya que no sólo los avances han servido para mejorar las vidas de las gentes, sino en ocasiones han provocado una vulnerabilidad que ha desembocado en la aparición de nuevos delitos que requieren de una manera distinta de investigación.

La televisión y las series han dado una visión “ideal” del trabajo de la Policía Científica, mostrando medios y técnicas que no son reproducibles en la realidad, al menos de la manera que se muestran, y que pueden servir a los delincuentes a saber qué evitar en la comisión de delitos, pero también han servido para humanizar a los policías y dar visibilidad a una especialidad que a veces ni tan siquiera los propios policías tienen tan en cuenta. Sirva como ejemplo que no existen distintivos de especialidad ni por permanencia en ella, al igual que en otras muchas unidades.

Esta publicidad que se da a la especialidad de Policía Científica tiene su manifestación en las labores diarias del especialista, sobre todo en una inspección ocular técnico policial, donde genera interés y comentarios de todo tipo resultado de esa “mala información” que aportan las series. En ocasiones, los medios materiales y humanos con lo que se cuenta, sobre todo en ciertas plantillas más pequeñas, son limitados y escasos, siendo más necesaria la especialización del funcionario junto con la experiencia propia o de los compañeros al empleo de sofisticados instrumentos que se emplean en ocasiones menos habituales, debido a la tipología de la delincuencia que presenta España: en la mayor parte de los casos se trata de robos en viviendas o establecimientos siendo ocasionales otros tipos más mediáticos. 

Las especialidades dentro de Policía Científica son diversas, desde el trabajo de campo donde se buscan indicios que puedan determinar la autoría o el “modus operandi” que se ha llevado a cabo, hasta los diversos laboratorios que analizan aquello que se recoge en esa inspección, siendo por tanto una cadena en la que todos los eslabones son importantes. Este trabajo, que ha de ser minucioso y lento, necesita ser avalado científicamente para demostrar la autoría de un hecho o la identificación de una persona de la cual desconocemos datos de filiación.

Por tanto, huyamos de las prisas y las estadísticas para que el trabajo siga siendo eficaz y reconocido internacionalmente como lo es hasta ahora.

Te puede interesar