Opinión

Frío coronar

De carácter alegre y desenfadado, personalidad abierta. Con facilidad y agilidad para establecer y mantener relaciones con los demás. Nuestra forma de ser, la de la mayor parte de la población española se determina por el contacto entre las personas. Un contacto que se manifiesta estrechando o chocando las manos, a través de un abrazo, una caricia o un beso. Estos gestos tan importantes en nuestro día a día y en nuestra cultura han sido limitados drásticamente con motivo del COVID-19.

Esta situación cambiará la forma de enfrentarnos a los problemas. Mudará nuestra visión de la vida. Propiciará que valoremos mucho más los pequeños detalles y que disfrutemos de esos gestos que no apreciábamos en su justa medida.

Mientras no superamos esta crisis tenemos, la obligación de respetar las indicaciones de las autoridades sanitarias y de los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de los que velan por el cumplimiento de las medidas decretadas con motivo del estado de alarma. La labor de los policías y guardias civiles de nuestro país, detrás de la del personal sanitario, es vital. Profesionales de la seguridad que están sufriendo la falta de previsión y provisión de equipos de protección individual, exponiéndose a un contagio que pondría en riesgo a sus compañeros, mermando la capacidad operativa de las plantillas policiales y exponiendo también a los ciudadanos con los que tratan a diario. Esta ausencia, sobre todo de mascarillas, es el principal problema con el que se están encontrando nuestras patrullas cada vez que se enfundan el uniforme con la misión de proteger y servir al ciudadano. Más que nunca deben movilizarse todos los medios para abastecer a los que tienen la responsabilidad de curarnos y a aquellos que se dedican en cuerpo y alma a garantizar nuestra seguridad. Recursos que deben llegar por tierra, mar y aire.

El estado de alarma cesará y esta pandemia internacional solo será un mal recuerdo, del que también tenemos que aprender y sacar nuestras conclusiones. Más temprano que tarde saldremos de ésta, recuperando las sensaciones de un abrazo prolongado, de un choque de manos acompañado de una mirada cercana o de un beso cómplice. La esencia que nos hace diferentes, la alegría de las calles y el murmullo del tumulto recobrará con fuerza el día a día. Entonces nos instalaremos de nuevo la normalidad, dejando atrás este maldito frío coronar.    

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