Esta semana participé en un acto para conmemorar el 25 aniversario de la Asociación Unificada de la Guardia Civil. Escuchar de boca de uno de sus fundadores las penurias y dificultades que tuvieron que sortear hasta llegar al momento actual, pone de relieve la grandeza de esos guardias civiles que arriesgaron su pan y el de sus familias con la misión de ganar terreno a la Administración en la conquista de lo que hoy es una institución moderna, con derechos para sus agentes. Para ello, en algunos casos tuvieron que enfrentarse a privaciones de libertad y expulsiones del Cuerpo.
AUGC tiene su origen en la fusión de la Asociación 6 de Julio y la Coordinadora Pro-perjudicados por la Gestión de Luis Roldán y la Corrupción, el 7 de octubre de 1994. Un fallo favorable de la Audiencia Nacional daba luz verde a la inscripción de la Asociación 6 de Julio en el registro de asociaciones. Era la primera piedra en el camino. Un camino que tenía como finalidad actuar en defensa de los intereses sociales y laborales de la Benemérita. Logros como la eliminación de los arrestos, impuestos hasta el año 2006 en el Cuerpo, el derecho a manifestarse, una jornada laboral digna o unas retribuciones acordes a su labor son algunos de los logros conseguidos por AUGC y en los que, como reconocía uno de los fundadores, el SUP tuvo una gran relevancia. Otros avances, como el derecho a sindicación o la supresión del Código Penal Militar aplicado a los guardias civiles llegarán en un futuro no muy lejano.
Y es que, en cualquier organización, los derechos que disfrutan los trabajadores que se incorporan a esa empresa o institución fueron alcanzados a base de mucho trabajo por los representantes de los trabajadores. Los sindicatos aportan calidad democrática a cualquier empresa y, por su simple presencia, provocan que el patrón sopese las consecuencias antes de tomar una decisión arbitraria.
Los sindicatos son muy necesarios. Negocian los convenios colectivos, mejoran los sistemas de prevención de riesgos laborales, ofrecen formación y servicios a sus afiliados y, lo más importante, ponen a disposición de los trabajadores peritos, procuradores y abogados expertos en cada área. Los sindicatos son una potente herramienta en la defensa de los trabajadores ante aquel que tiene una posición dominante, jugando un papel vital en la denuncia pública de las condiciones socio-laborales. Sindicatos, sí por favor.
