Opinión

La Zamburiña desde dentro

En las próximas seis semanas el foco apuntará, de nuevo, a la Audiencia Provincial de Ourense. Este lunes se estrenaba el juicio de la Operación Zamburiña. Transcurrieron ya seis años y medio desde la remisión a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional de un anónimo con pruebas falsas, prefabricadas para incriminar y perjudicar a otros agentes, con posterior envío de nota de prensa, también anónima, a los medios de comunicación, alertando de tráfico de armas en la Comisaría Provincial de Ourense por parte del responsable de armamento, en connivencia con los mandos policiales, al objeto de vender las pistolas sustraídas en el mercado negro e informando incluso, que una de ellas habría sido empleada en el atraco de Vigo, donde resultó fallecida una compañera, hechos que se demostraron falsos gracias a la ardua investigación de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la propia dependencia policial que hizo el trabajo que le correspondía, en este caso, realizar a Asuntos Internos. En medio, un fallecido, presuntamente asesinado en el interior de la Comisaría y dos detenciones de los hermanos gemelos. Bajo esa turba de acontecimientos y con un intenso frio en la sala de vistas de la Audiencia, arrancaba un proceso que nunca debió sentar en el banquillo de los acusados a estos cuatro funcionarios policiales. Un puzle con muchas piezas que debieron unirse para entender de forma integral varias causas que tienen el mismo origen y los mismos protagonistas, unos actores diabólicos y obcecados, cuyo macabro plan estuvieron a punto de completar.

Lo que más ha llamado la atención de esta primera sesión, suspendida por la comunicación de aislamiento por Covid-19 de uno de los investigados, ha sido la indefensión que se ha puesto de manifiesto. Anómalo y sorprendente es que tras una instrucción de este tipo y en el estado de las presentes, la Fiscalía no haya entregado a las partes personadas, copia de todas las actuaciones, principalmente lo relativo a las pruebas periciales del contenido de las escuchas. La Presidenta del Tribunal, con buen criterio, concedió un plazo de siete días para subsanar el defecto. No se entiende tampoco por qué la Sra. Fiscal se adueñó de todas y cada de las causas relacionadas con la Comisaría, empecinándose en la tesis inicial de Asuntos Internos, alimentando la llama de una instrucción viciada en origen, que la justicia finalmente corregirá.

Los promotores de la Zamburiña pretendían consagrarse pero cada día está más claro que saldrán escaldados. El daño que se ha causado a la Institución Policial y a las carreras profesionales de estos y de otros agentes honrados es irreparable.

Te puede interesar