Opinión

Nuestro rural no quiere morir con dignidad, quiere vivir y rejuvenecer

Tenemos un grave problema demográfico en nuestro rural, y yo me pregunto si estamos poniendo los medios necesarios para luchar contra su despoblamiento. Para salvar nuestros pueblos sería necesario hacer una revisión profunda de nuestra legislación, prestando especial atención a los apartados legislativos que por sus características no se pueden adaptar al medio rural y suponen un freno a su desarrollo, impidiendo el florecimiento de muchas actividades y el asentamiento poblacional. 

El mundo rural necesita actuaciones que le hagan vivir, no solo medidas que le permitan morir con dignidad, que viene siendo lo que tenemos ahora.

La despoblación es una de las prioridades del Gobierno de España, así lo han reconocido el secretario de estado para las administraciones territoriales y la comisionada para el Reto Demográfico. Confiemos en que sepan diferenciar bien las necesidades de cada zona  y no apliquen una política global para todo el país, ya que si bien existen muchos problemas comunes, en muchos casos lo que sería una solución en Hontoria del Pinar (Burgos), puede ser contraproducente en A Arnoia (Ourense).

A esos cambios legislativos, que deberían aplicarse en Confederación Hidrográfica, patrimonio, medio ambiente, montes, planeamiento, se deberían añadir medidas sencillas que pueden revertir el despoblamiento:

-Mejorar las condiciones para la rehabilitación de viviendas en desuso y facilitar la construcción de viviendas unifamiliares nuevas, con planes especiales que evitaran las trabas burocráticas y económicas provenientes de administraciones citadas anteriormente.

-Crear un modelo de servicios ambulantes que cubran las necesidades de la población local, y que evite el tener que desplazarse constantemente a otras poblaciones más importantes, que al final acabarán por realizar un efecto llamada sobre la población rural.

-Facilitar la movilidad de la propiedad de tierras y cambios de cultivo, tanto en zonas privadas como en montes comunales o de utilidad pública. Reactivar el monte con medidas que faciliten su cuidado y su explotación, un monte en producción y con explotaciones forestales, ganaderas, silvícolas, agrarias, crea puestos de trabajo, facilita el asentamiento y no se quema. Pero para eso tenemos que modificar leyes y ahora es el momento, no esperar de nuevo al próximo verano.

-Disminuir la presión de algunas administraciones como hacienda, trabajo, etc. sobre ciertas actividades laborales, que de forma tradicional se llevan realizando desde antaño, de forma conjunta entre familiares y vecinos.

-Dotar de microcréditos directos y exenciones fiscales a nuevos emprendedores agrarios y  facilitarles la obtención de suelo cultivable.

-Potenciar el agroturismo como fuente complementaria, facilitando su implantación y eliminando tantas gestiones burocráticas que aburren al más paciente.

-Conseguir acceder a las nuevas tecnologías con internet de alta velocidad, que facilite el asentamiento de empresas y autónomos con negocios vinculados a la red. Igual que se potencian las smart cities, conviene también generar pueblos y aldeas inteligentes.

-Mantener los colegios públicos rurales, que posibilitan una enseñanza de calidad a los estudiantes, sin necesidad de desplazarse a cabeceras de comarca, que al final acabarían por absorver a alumnos y a padres.

-Mejorar el proceso y las condiciones sanitarias y de comercialización, de nuestros productos autóctonos, pero sin exigir requisitos como si fuéramos una gran fábrica transformadora.

-Crear en cada provincia una mesa de alcaldes, bajo la tutela de la Diputación, que sea un foro de reflexión, diálogo y participación sobre el reto demográfico, con el objetivo de revertir el descenso poblacional, la baja natalidad, el envejecimiento progresivo y el fuerte desequilibrio territorial entre los pueblos, las villas y la capitalidad de la provincia. Mesa en la que se apoyaría y se inspiraría el comisionado para el Reto Demográfico y su grupo de trabajo para la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico.

Sabemos que todo esto, hoy en día no debería suponer un aumento del gasto público, por eso es bueno, que mientras no mejore la situación económica, algunas de las medidas se basen en la cooperación entre administraciones y otras sean de carácter legislativo, modificando o creando nuevas leyes que permitan eliminar trabas burocráticas y económicas en administraciones como Patrimonio, Confederación Hidrográfica, Montes, Medio Ambiente, Planeamiento.

Y que nadie piense que con el despoblamiento rural, solamente se van a ver afectados los pueblos del rural;  las ciudades y villas también van a terminar por sufrir este desastre, porque sin pueblos no existen villas y sin villas se acabarán las ciudades.

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