Opinión

¡Bien! Algo se mueve ante la despoblación

Todos aquellos colectivos, instituciones y personas que pensamos que el proceso de despoblación es preocupante y que el cuidado del medio rural –como ecosistema humano- es de nuestra responsabilidad, ya que ese proceso va más allá de pueblos vacíos o de envejecimiento del rural y, además, representa una desafección de nuestra generación con un medio al que pertenecemos, tenemos que alzar la voz para impulsar medidas concretas. Estas intenciones forman parte de la “Declaración de Montánchez”, firmadas por presidentes de diputaciones, también el de Ourense, en octubre del 2016, en esa localidad cacereña.

Desde entonces, artículos diversos sobre esta problemática demográfica; declaraciones y peticiones del presidente de la Diputación de Ourense, como que los fondos estructurales (Feder) y otros como el Fondo Social Europeo (FSE) sean finalistas; analistas que se rebelan ante la situación, alzando su voz para decir que ya no se trata de analizar (el mejor análisis es la evidencia) sino de tomar iniciativas, etc., pues, recientemente, me derivan de Bruselas la buena nueva: el Comité Europeo de las Regiones está a favor de que los fondos contra la despoblación sean finalistas. Y destaca el documento que se trata de un órgano consultivo, por lo que este resultado debe ser ratificado por el Parlamento Europeo para tener impacto real.

Aunque muy mal tienen que venir dadas cuando el Comité de las Regiones, la institución de la UE integrada por representantes locales y regionales de todos los estados miembros, incluidos los presidentes de CCAA y alcaldes en representación de la FEMP, aprobó por unanimidad que el Feder para el próximo período 2021-2027, que se negocia en estos momentos, tenga como nueva prioridad de financiación las zonas afectadas por la despoblación. El resultado está ligado al voto en el Parlamento Europeo del fondo Feder, el 13 de diciembre, y es, en buena aparte, heredero de la reivindicación trasladada por la FEMP en el Consejo de Ministros y Regiones de Europa para visibilizar el problema de la despoblación y requerir a la UE para el próximo período europeo.

Entronca este sentir y aspiraciones con la noticia de La Región del miércoles 5 de noviembre: “La lucha contra la despoblación cuenta desde ayer con un nuevo instrumento para visibilizar el problema demográfico que tiene España, la Cátedra del Reto Demográfico, del centro de estudios superiores Next y Sociedad Civil por el Debate, que dirige Manuel Campo Vidal y que busca entrar a la acción…”. Y noticias como la de que el Gobierno exigirá a las operadoras mejor internet en el rural para 2020, que será una herramienta necesaria por imprescindible, apuntada en otros artículos previos, junto a la reivindicación de que esos fondos europeos sean finalistas y lleguen de forma directa a las autoridades locales, como se lleva reclamando desde hace años por parte de la Diputación de Ourense.

Es así de importante el reto al que nos enfrentamos que, también en este periódico, el 2 de diciembre, el titular de una página es: “La caída demográfica cuesta a cada vecino 280 euros más en impuestos”. Y, por haberlo dicho en otra ocasión, no deja de ser menos cierto: o poblamos la despoblación o “la lluvia amarilla” nos hará lamentar pueblos abandonados por los que cruzan los recuerdos como espinos arrastrados por el viento, al decir del último vecino de Ainielle.

El voto del Comité de las Regiones debe entenderse, por lo tanto, como un mensaje claro de que ésta es una iniciativa que el Parlamento debe hacer plenamente suya para conseguir su aprobación definitiva. Siendo importante destacar que, de aprobarse definitivamente por la UE, permitiría la creación de programas nacionales, autonómicos y provinciales para atajar la despoblación, incluidos los fondos finalistas para las provincias más despobladas. Y a tener en cuenta que la Comisión Europea ha propuesto que España reciba un 5% más de fondos europeos para el período 2021-2027. ¡Atentos! Y coordinación y colaboración entre administraciones.

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