Opinión

Aporofobia, posverdad, infoxicación, afouteza

Quién no descubrió y al final no memoriza, sobre todo al finiquitar el año, palabras que dieron que hablar y estuvieron en el candelero durante ese tiempo o en el pasado más reciente? Nos sucede y, en esta ocasión, aparte de recordar esas palabras, profundicé sobre sus contenidos. Así, cuando hace unos días nos informaron de que “aporofobia” era la palabra del año en España y que se trata de un neologismo que da nombre al miedo a los pobres, siendo acuñada por la filósofa Adela Cortina, pues ya supe de una fobia más. ¡Y no es de extrañar! El ser humano está inmerso en fobias y filias, que con el actual discurrir sociológico-social hace que afloren nuevos formas de temores. Una palabra definitoriamente adecuada a nuestro tiempo.

Leí, a mitad del pasado año, que la RAE incluiría la palabra “posverdad” en el Diccionario de la Lengua española. Y que entraría en la próxima actualización. Aunque la “posverdad”, al bien decir de Darío Villanueva, aparece con registros de uso que se retrotraen a 2003 en las bases de datos de la RAE. En el plano ya más dicharachero, la “posverdad”, como en los años treinta del siglo pasado, era la estrella del cabaret político. Pero con la actualización de la “posverdad” recordé el concepto de la “posdemocracia” de V. Havel, que lo define como un sistema donde la política deje de ser un instrumento de poder para convertirse en moralidad de acción, aplicada a la vida cotidiana y servir a la verdad. ¿Quién no piensa que “pos”-después de, tras algo-, como prefijo, no juega con la ventaja de la experiencia?

¡Y la “infoxicación”!, que no es otro concepto – muchos lo sabéis-, que la sobrecarga de información, frecuentemente provocada por la profusión de contenidos en internet, aunque no toda ni siempre son así, ya que hay quienes afirman –lo suscribo-, que la “infoxicación” es la enfermedad de la sociedad digital de principios de siglo. No somos capaces de “digerir” toda la información puesta a nuestro alcance, y esta incapacidad se nos vuelve en contra. Nos ratifica en el “ni tan tan, ni muy muy”.

“Gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones”, de Deng Xiaoping, sinónimo de “economía planificada” y “economía de mercado”, donde el chino estaba diciendo que cualquiera que funcione debe ser adaptada. En el año 1985, Deng fue elegido “hombre del año” por la revista Time. La teoría del gato blanco y el gato negro también fue presentada en la revista Time y la “teoría del gato” se extendió desde China al mundo. En aquel tiempo el concepto definitorio fue una frase, en vez de una palabra, cuando la acción “infoxicadora” aún no hacía mella.

E como na nosa Galicia non podemos ni pretendemos quedar detrás en nada, tamén conseguimos ter á nosa propia palabra anual: “afouteza”, a máis votada da lingua galega. Todos necesitamos da “Afouteza”, disposición de espírito para actuar sen temor… segundo a RAG.

Palabras o frases para diferentes expresiones definitorias. Palabras o frases para según qué tiempos. Palabras y/o frases que nos dan el diagnóstico de la situación, previo a la aplicación del remedio. Que sea lo más claro ese diagnóstico para prescribir el tratamiento preciso. Resuelta la situación ya aparecen más palabras que definen otras patologías: peste, lepra, gripe, tuberculosis, sida, ébola… les fuimos dando nombres, las vencimos y aparecerán otras nuevas… Palabras, situaciones, diagnósticos, años. ¡Así es el discurrir!

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