Opinión

A modo de imbéciles y mangantes

De la misma manera que hay dos maneras de matar, como la misma palabra lo dice y haciendo la vida imposible, existen maneras varias de llamarnos tontos o imbéciles y mangantes, formas menos líticas pero que las sentimos como despectivas y humillantes. Me explicaré. 1) Cuando el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, llama “tontos” a los (sus) clientes que aún tienen tarifa regulada de luz está tratando de defender las bondades de las tarifas libres…, pero nos llama tontos, aunque acto seguido pide disculpas a quien pudiese ofender; aun así, por supuesto, nos sentimos rebotados. Fue una expresión inapropiada para hacer llegar un mensaje. 2) Cuando el Gobierno de España, presidido por Sánchez Pérez-Castejón, dice en modo explicativo a los españoles lo de la “sustitución, no destitución” -versión textual de la ministra Robles- de la directora del CNI, nos está tratando de tontos, imbéciles, torpes…; se queda tan pancha la ministra y dirá para sus adentros: con esto tragan.

Ya debe ostentar cuajo, este nuestro Gobierno, pretendiendo ser tan creíble como intentando despreciarnos, que al tiempo que está firmando el correspondiente real decreto de 10 de mayo, que “dispone el cese” de la directora del CNI, sin embargo, ese mismo día, la prensa informa que “los socialistas respaldan de manera tajante a Robles y dicen que a día de hoy la directora del CNI debe seguir”. Si “dispone el cese” se trata de lo que es: ¡un cese, no una sustitución! A las cosas por su nombre; si no es así, su cinismo nos trata de imbéciles, al ofrecernos gato por liebre. Al igual que si hay que entregar la cabeza de la directora para saciar las ansias de los independentistas, Pérez-Castejón habla de seguridad nacional. ¡Pero si sólo es sometimiento por moqueta!

Ante la tormenta de críticas que se le vino encima, “Sánchez justifica la destitución en el CNI por fallos de seguridad”, según titular de La Región. ¿Pero qué le preocupa la seguridad a este señor?, cuando integra secesionistas en la seguridad nacional, que es lo mismo que poner al zorro al cuidado de las gallinas. Rufián tardó menos que un caramelo a la puerta de un colegio para empezar a largar por la boca tan pronto tuvo ocasión. Y es que llegado el momento, y ante la presión de los socios del Gobierno espiados o presuntamente espiados, Pérez-Castejón recurre a lo más débil por fácil: la directora. ¡Eso sí!, con la duda de si saciarán a secesionistas y Podemos, sus socios de lealtad caviar. Es la política de la geometría asimétrica de Estado, ¡imbéciles!, que si no son los nuestros serán los otros quienes nos apoyen.

No transcurren más que unas horas, y en la comisión de control al Gobierno, ya metidos en fregados dialécticos, es el mismo Pérez-Castejón el que en voz alta le reprocha al PP que son un partido de mangantes. ¡Qué más da no tener memoria o hacer política de traslación! Dos días después los llamados mangantes acuden al rescate del Gobierno con la Ley de Seguridad nacional y así salvar los vetos de sus socios secesionistas. ¿Será por eso mismo que son mangantes?, señor Pérez-Castejón. Es la política de la geometría asimétrica, que me recuerda Neme. Otegi ya se refirió a presupuestos por presos. Un ándese yo caliente y ríase la gente; y, por si fuese poco, imbéciles y mangantes. 

Para ser presidente no hace falta humillar faltando a modo tonto y mangante; al igual que para ser un genio no hace falta ser un imbécil. Todo ello denota rencor, al que ya se refería Emil Cioran. El rencor proviene del hecho de no haber podido alcanzar lo que siempre hemos deseado ser. ¡Será por eso!

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