Opinión

¿Es la nueva política?

Ni la vieja política murió ni la nueva apareció para quedarse, pero está ahí. Cobra actualidad la aseveración de Pío Cabanillas, cuando al analizar los resultados de unas elecciones, contestó: “Vamos a ganar todos, pero no sabemos quiénes”. Y es que, dígase como se quiera, el PP ha ganado las elecciones en un contexto extremadamente difícil, después de una legislatura en la que se han tomado medidas duras para el conjunto de los españoles, pero inevitables por necesarias. Así es, se convocaron elecciones en 2011 ante los retos de: la “prima de riesgo”, el “rescate”, miles de desempleados diarios en la que iba ser la legislatura del pleno empleo –Zapatero, dixit-… ¡Y el gobierno del PP logró vencer estos hándicap! Hoy no se mencionan. Y tras sentarse las bases para la estabilidad y empezar a crecer como ningún país de la UE, los españoles se acaban de expresar libremente en las urnas.

¿Ha decidido el 20-D el alumbramiento de una nueva política o la segunda transición, tal como se argumentó por los partidos llamados emergentes durante la campaña? Lo único cierto es que se abre un escenario de pactos, ni nuevo ni temible, que debe y tiene que capitanear el PP, como ganador. En el año 1996, tras la exigua victoria del PP de Aznar, éste gobernó sin problemas, tras alianza con los nacionalistas catalanes; el resultado fue una legislatura de lo más fructífera. Lo que toca ahora es cómo y con quién. El PP, descartado el acuerdo con socialistas -en España no está arraigada la cultura del pacto entre grandes fuerzas- y Podemos, por razones obvias, tiene a priori un “socio natural” en Ciudadanos. Y como no hay tiempo que perder, a partir de unas horas, manos a la obra para continuar con la gobernabilidad de España y gestionar el desafío soberanista. Un gobierno que nos dé estabilidad, seguridad y confianza para “seguir creando empleo”, “cuidar a las personas”, “la economía siga creciendo”, “educación”, “unidad de España” y “regeneración de la vida pública” ¡Fulcral!, para el pacto.

El PP es un partido centrado en buscar siempre los acuerdos; quizás a priori lo más sensato sería explorar un pacto con la fuerza centrista de Ciudadanos, que podría llegar a dar un número de escaños cercano a la mayoría suficiente. Sin descartar –no me crucifiquen- un posible entendimiento PP-PSOE, para el país, no para ningunas siglas. Sentido de la responsabilidad obliga. Veo una legislatura corta, de dos años, o una legislatura fructífera de cuatro años con grandes acuerdos de Estado. En cuanto a Ourense, volvió a quedar claro que continúa siendo un referente del PP, siendo la segunda provincia con mayor porcentaje de apoyo.

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