Opinión

Sanidad, ¿recortes o falta de recursos?

Bien se puede decir que no son recortes, sí falta de recursos; o que hay carencias ajenas a la inversión. Que todo lo que se relaciona con la sanidad que podamos recibir, en cuanto a recursos disponibles, calidad, equidad, gestión… es siempre tema de actualidad, controvertido, y no exento de debate, sí; y, además, al afectarnos muy personal e íntimamente, ya que todos somos un paciente en potencia, siempre podemos opinar. Quizás, tras la fase más aguda de la pandemia, la Atención primaria (AP)adquirió un mayor protagonismo y motivo de cierta polémica. Así se observa en el comportamiento de los partidos políticos.

El Grupo Provincial socialista llevó al pleno de septiembre una iniciativa titulada “Reformulación da AP do Sistema Sanitario Público Galego”, en la que el núcleo argumental acusaba de la ineficiente gestión “froito das políticas de recortes”. Por sentido de la responsabilidad, tras enriquecedor intercambio de opiniones, se aprobó por unanimidad la iniciativa, ampliándola con una enmienda de adicción por parte del grupo de gobierno. Aunque todo da a entender que no fue suficiente, o hubiese entre los grupos el habitual síndrome de que ninguno quiere ser menos que el otro, ya que en el pleno de noviembre -60 días después- el BNG lleva otra iniciativa de la Plataforma SOS Sanidade Pública na Defensa da Atención Primaria cuyo núcleo argumental son “las demoras e masificacións da asistencia, como consecuencia dos recortes”. Resumiendo: Dos iniciativas sobre el mismo tema (AP) y con el mismo pretexto (recortes), en el mismo salón de plenos, con un intervalo de 60 días.

Por ello me reafirmo que, hoy, la gran parte de los déficits que existen en la sanidad pública, concretamente en la AP, no son debidos a los recortes; sí por el déficit de recursos humanos, ya sean médicos de familia, pediatras o especialistas hospitalarios como traumatólogos, etc. Si a este déficit añadimos que, la ruralidad y los hospitales comarcales son menos atractivos, pues el problema de la atención sanitaria alcanza mayor controversia.

¿Por qué no disponemos de más médicos? Ya que de sanidad hablamos, una vez el diagnóstico, debemos aplicar la terapia; ésta, hace tiempo que se le lleva esperando y no es porque tenga que llegar con el AVE. La situación de menos profesionales de los necesarios viene siendo advertida por distintas entidades nacionales; transcurría el 2018, y ya pasaron tres años, cuatro ministros y ningún avance. En el Consejo Interterritorial, celebrado en el último septiembre en Canarias, Xunta y otras CC.AA expresaron varias demandas ya conocidas en el ámbito del Consejo: 1) Convocatoria extraordinaria de plazas MIR, para poder formar más profesionales. 2) Creación de una especialidad de urgencias y emergencias, para evitar así que urgencias y AP compitan para atraer los mismos residentes. 3) La eliminación de los límites en las tasas de reposición, que impiden a las CC.AA convocar la totalidad de las plazas a cubrir. Mientras estas tres propuestas no se resuelven se puede decir que, actualmente, no es un problema de recortes, sí es de recursos.

Es de todo cierto que la Consellería de Sanidade ha puesto, mientras el Ministerio se lo piensa, medidas para afrontar la falta de profesionales que existe en el conjunto del Estado: crea la categoría de facultativo especialista de AP, que combina AP y atención urgente en los PACs. Y otra de las medidas de mejora para la AP es la incorporación del nuevo personal técnico en salud, que permite que facultativos titulados que aún no completaron su especialidad, puedan ser contratados por el Sergas para apoyar al Médico de Familia en la gestión de diferentes procesos…

Resulta desalentador que, cuando la Xunta tomó la iniciativa de aprobar el Plan Galego de Atención Primaria 2019-2021, con una dotación superior a 100 millones de euros y que llevó aparejada la creación de cientos de plazas de nuevos profesionales, se encuentre con que no puede cubrirlas todas; y si los hubiese aún queda enfrentarse al cumplimiento de la tasa de reposición impuesto por el Gobierno de España, a pesar de encontrarnos ante un servicio –el sanitario- esencial. ¡Claro que sí!; si no ponemos remedio a todo lo dicho, el futuro no es halagüeño. La nueva realidad, con circunstancias muy distintas se impone: 1) En lo demográfico, con un envejecimiento de la población. 2) En lo clínico, con un aumento de las pluripatologías y de la cronicidad. 3) Y como, acaba de mencionar el presidente de la Xunta, la AP perderá por jubilación, entre 2022-2023, 250 médicos. La Región informó el 26 de noviembre la consideración de prioritaria la dotación de un plan que active más profesionales. Es un asunto nacional… ¡Cierto! ¿A qué se espera?

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