Opinión

Los socialistas ganan poder en Portugal

Las elecciones municipales portuguesas celebradas el pasado domingo han deparado la nueva victoria del Partido Socialista Portugués, que también fue el más votado hace cuatro años y la debacle de su principal adversario, los conservadores del Partido Socialdemócrata (PSD) de Pedro Passos Coelho, mientras se ha producido un aumento del voto del partido situado a su derecha el Centro Democrático Social, (CDS-PP) y los partidos de izquierda, el PCP y el Bloque de Izquierdas han mantenido las posiciones de las pasadas elecciones generales de 2015, que les permitieron armar el gobierno de coalición con los socialistas y desalojar del Gobierno a los conservadores que habían ganado las elecciones pero sin posibilidad de pactar.

Los socialistas han logrado mantener el control de Lisboa, con el actual alcalde, Fernando Medina, y el independiente de izquierdas, Rui Moreira  el de Oporto. Prácticamente alrededor del cincuenta por ciento de los ayuntamientos de Portugal han quedado bajo mandato socialista. Medina ha revalidado la alcaldía de Lisboa tras llegar a ella después de que quien venciera en las elecciones municipales, Antonio Costa, pasara a encabezar el gobierno de coalición.

Los resultados registrados muestran como los ciudadanos del país vecino están dando por buenos los resultados del Gobierno de coalición, que a pesar de todos los predicamentos en contra cuando inició su andadura, lleva dos años sin que se produzcan fisuras de envergadura y con el viento de cola de la mejoría de la situación económica y soltando amarras respecto al control de Bruselas.

Las elecciones municipales suelen tener unos condicionamientos que hacen que sus resultados no puedan ser trasladados miméticamente a las expectativas de las elecciones generales pero si  pueden mostrar o afianzar una tendencia y en muchos casos es el preludio de su consolidación. Los socialistas portugueses han logrado en todo el país en torno al 40% de los votos y esos datos les hacen soñar con la posibilidad de acariciar una mayoría absoluta que les independizara de sus socios de izquierda.

Entretanto los conservadores de Pedro Passos Coelho han conseguido uno de sus peores resultados históricos, su liderazgo está en cuestión y algunos de los candidatos a alcaldes le atribuyen el fracaso de la campaña electoral. Además, no han contado con el plus de dirigir el país para mejorar las opciones de voto. En la siempre disputada plaza de Lisboa, el PSD ha pasado a ser la tercera fuerza política por detrás de la candidata de la derecha Assunçao Cristas, convertida ahora en líder de la oposición.

Junto a Passos Coelho, la gran derrotada ha sido también la abstención que en este caso no ha superado el 50% aunque tampoco ha llegado a alcanzar el 60%. Los portugueses están algo menos decepcionados con sus políticos pero todavía les falta recobrar confianza en ellos.

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