Opinión

Suecia: la extrema derecha en alza

Se daba por hecho que el partido Demócratas de Suecia iba a incrementar su representación parlamentaria en las elecciones suecas, pero pocos imaginaban que sería la segunda fuerza, por detrás de los socialdemócratas. Con posibilidades de gobernar en una coalición con fuerzas de centro y derecha.

Si hace veinte años alguien le dice a un ciudadano sueco que estaba abierta esa posibilidad, probablemente habría indicado a su interlocutor que no conocía la mentalidad de su país. El país de Olof Palme, con las políticas sociales más rompedoras de Europa, con una apuesta indiscutible por la defensa de los derechos humanos de cualquier ciudadano, fuera cual fuese su origen y raza, jamás podría votar a un partido extremista populista de derechas. Pero ha ocurrido.

Demócratas Suecos surgió en los años 80 formado por dirigentes de perfil fascista nacionalista, pero su empujón se produjo hace quince años cuando cuatro jóvenes universitarios, capitaneados por Jimnie Akesson, ingresaron en el partido, se hicieron con él y empezaron a ganar votos con un discurso en el que, como en otros partidos de su misma ideología, dieron prioridad a la política contra los inmigrantes, sobre todo los islamistas. Los culpaban de los problemas de inseguridad y de no respetar las leyes, cultura y hábitos de los suecos. 

Fueron ganando terreno y, aunque los sondeos indicaban que podía peligrar la coalición del gobierno actual, con Magdalena Andersson como primera ministra, socialdemócrata, en coalición con liberales y partidos minoritarios de izquierda, el resultado augura que podría surgir una nueva coalición, ya que el bloque de centro derecha cuenta con dos votos más que la izquierda. De momento Akesson no ha perdido el tiempo y ha iniciado los primeros contactos con liberales y democristianos.

En la ciudadanía, la reacción ante el resultado electoral no ha sido tan preocupante como la de los polítólogos y analistas. Porque Demócratas Suecos, siendo populista y extremista, ha moderado su posición en los últimos tiempos, sobre todo en campaña electoral. Pero sobre todo porque Suecia, un país tradicionalmente tranquilo, incluso aburrido, que apuesta por la calidad de vida, lleva tiempo sufriendo episodios de violencia extrema. Algunos de ellos protagonizados por jóvenes neonazis, pero otros por inmigrantes de origen musulmán… que son los que han dado pie a DS para insistir en su mensaje antiinmigración.

 Este miércoles se oficializarán los resultados y comenzarán las negociaciones de las que puede salir una repetición de la coalición de ahora en torno a la socialdemocracia… o por el contrario, surja por primera vez en Suecia un gobierno populista de extrema derecha.

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