Opinión

Trump y la comunidad latina

Donald Trump, presionado por sus asesores, ha comprendido que debe tomar iniciativas de cara a las elecciones del 3 de noviembre, porque Joe Biden le está sacando ventaja.

Es difícil que Trump renuncie a ser como es, despectivo con las clases menos afortunadas, prepotente y defensor de causas que provocan un rechazo superlativo. Sin embargo los informes de sus asesores, que demuestran su declive, le han hecho cambiar sus prioridades de la campaña y ha iniciado un acercamiento hacia los latinos, que representan nada menos que el 18 por ciento de la población de Estados Unidos. Se encuentran asentados además en los Estados más poblados, California, Texas, Florida y Nueva York, que son los que aportan mayor número de votos electorales, lo que significa que para un candidato el voto hispano puede abrir la puerta a la Casa Blanca.

No es ningún secreto que Donald Trump no es muy amigo de los que han emigrado a su país. Suele decir que su rechazo es hacia los ilegales, contra los que ha levantado un muro supuestamente inexpungable que marca la frontera con México, por la que han entrado millones de personas de toda centroamérica que han sufrido un calvario antes de alcanzar esa frontera. Tampoco ha dudado en separar a padres e hijos, lo que ha provocado unas escenas desgarradoras que han dado la vuelta al mundo. Ahora sin embargo, cuando ve peligrar su residencia, gira la cabeza hacia esos hispanos para captar su voto.

No solo les ofrece una vida segura y de gran bienestar, sino que alerta sobre los males del comunismo. Lo hace porque gran parte de los latinos que emigraron a Estados Unidos hace dos o tres generaciones, y siguen haciéndolo, huían de países en los que un régimen dictatorial, como ocurrió en Cuba, los empujó al exilio. Por otra parte los mejicanos asentados en Estados Unidos –la población hispana más numerosa- y con nacionalidad o residencia estadounidense, conocen muy bien las consecuencias de contar con un presidente como López Obrador, al igual que conocen todos los hispanos la situación en Nicaragua, Cuba, Venezuela o Ecuador, porque sus respectivas comunidades explican cómo viven aquellos que dejaron atrás.

Trump no se siente seguro y ha girado los ojos hacia los latinos. Ya contaba con el apoyo mayoritario de los de origen cubano, pero ahora mira también a todos los demás.

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