Opinión

Trump, solo contra la OMS

El presidente de EEUU, Donald Trump, se ha quedado solo en su decisión de dejar de aportar fondos a la Organización Mundial de la Salud, porque considera que no alertó de las consecuencias de la pandemia del Covid-19 con suficiente presteza, por haber creído a las autoridades chinas que en un primer momento hablaron de que se trataba de un virus que no se transmitía entre humanos.

Trump ha sido uno de los gobernantes que más tarde reaccionó a la presencia del virus en su país y su negligencia y negacionismo inicial, en la que le acompañaron otros líderes de países determinates en el orden geoestratégico mundial como Reino Unido y Rusia, y a escala regional Brasil, han convertido en la actualidad a su país en el centro de la pandemia y en el que cuantitativamente acumula un mayor número de muertos y contagiados.

El presidente estadounidense ha pasado de alabar los esfuerzos y la transparencia de China en los momentos iniciales de la expansión del virus a atacar al gobierno de Pekín por su opacidad, un viraje que está relacionado con el aumento de muertos y las dificultades para establecer un mecanismo coherente de lucha contra la enfermedad en el que se mezclan las decisiones autónomas que adopta cada estado con las maniobras para que no se paralice la actividad productiva para afrontar también la escalada de millones de despidos que se ha producido en las últimas semanas. Y a pesar de todos sus errores su popularidad no se resiente entre los que forman su masa de votantes.

La respuesta del resto de países, instituciones multinacionales y filántropos ha sido la de cerrar filas con la OMS acusada por Trump de “ayudar al encubrimiento de la China comunista”. La ONU por boca de su secretario general, Antoni Guterres, o la Unión Europea, a través de su Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, criticaron la decisión de Trump. “Una vez pasemos página de esta pandemia, habrá tiempo de mirar atrás para entender cómo surgió esta enfermedad y cómo extendió su devastación tan rápidamente por todo el mundo, así como la forma en que reaccionaron todas las personas implicadas”, dijo el primero. “No hay razón que justifique esa decisión", añadió el segundo. Por su parte la Fundación de Melissa y Bill, segundo donante a la OMS califico la medida como “peligrosa”. Otros, directamente la han calificado como “crimen contra la humanidad”.

Donald Trump como otros líderes políticos han tratado de ocultar su improvisación al hacer frente al Covid-19 tirando por elevación, sacudiéndose las responsabilidades y tratando de culpar a otros de los errores propios.

En todo momento el presidente de EEUU ha estado más preocupado de la evolución económica que de la extensión de al enfermedad y ya ha presentado la hoja de ruta para una reapertura gradual de la economía y ha fijado la fecha del 1 de mayo para los primeros estados que puedan dejar atrás el confinamiento. “Necesitamos una economía que funcione y queremos hacerlo muy rápido”, ha dicho pese a que los expertos sanitarios no lo ven tan claro porque el país no cuenta con la capacidad para realizar test que permitan realiza la vuelta a una cierta normalidad con seguridad en un país que tiene en torno a 700.000 contagiados y 35.000 muertos. 

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