Opinión

Día mundial del capitalismo

Allá vamos. Ya tenemos los resultados de las elecciones. Pero gobiernen como quieran gobernar, una idea deberá prevalecer en los administrados. En última instancia, sólo seremos una sociedad más libre y, en el más amplio sentido de la palabra, más próspera, si en España se propician las condiciones para que la actividad económica privada pueda desarrollarse de la manera menos restrictiva y más espontáneamente posible, en absoluta igualdad de oportunidades. Capitalismo del bueno, como el del colesterol.

No podemos engañarnos. Desde los años 80, casi 1.000 millones de personas de todo el planeta han escapado de la pobreza extrema, aquella que no permite el acceso a los recursos suficientes para garantizar la subsistencia. ¿Las razones? Básicamente, porque un buen número de países se han abierto a la globalización. Es decir, se han subido sin complejos a la ola del capitalismo, logrando un crecimiento sostenido de sus economías que progresivamente redujo la pobreza más extrema. Puede ser cierto que en estos países emergentes, con carencias democráticas, las oligarquías dominantes hayan podido enriquecerse, pero es igualmente cierto y está bien demostrado, que los ingresos de los estratos sociales menos favorecidos crecen a igual ritmo que lo que lo hacen sus economías y en mayor proporción que los ingresos de los más ricos.

El gran desarrollo de países del sudeste asiático como India, Indonesia, Malasia o China no ha surgido de ninguna revolución socialista sino, por el contrario, de una tendencia de dos décadas hacia una mayor libertad individual y desarrollo de la globalización, resortes para el desarrollo, prosperidad y nivel de vida, e importantes palancas para conseguir libertades políticas. La gente que crece más rica, mejor educada y acostumbrada a poder elegir, no acepta que otros elijan en su lugar, de modo que la economía de mercado, a menudo, también desemboca en el advenimiento de la democracia.

Claro que no está exento de anomalías y por supuesto que adolece de abusos, pero no existe otro sistema económico que haya sacado a más personas de la pobreza, ni que haya fomentado tanto pensamiento productivo, creación cultural, solidaridad y formas de ocio, como el capitalismo liberal. 

No tengo nada en contra de que exista día mundial de los Calvos (7 de octubre), del Huevo (9 de octubre) o del Ninja (5 de diciembre) y, mucho menos, contra el Día mundial del Retrete  (19 de noviembre). Pero que no haya un triste día que dedicar al capitalismo, es más bien irritante; la percepción social que goza el capitalismo, incluso en los países más aburguesados, es bien llamativa. Para muestra, una afirmación de Juan Torres López, hoy asesor económico del PSOE, en un periódico digital: "El capitalismo es cada día más incompatible con la democracia". Vamos bien.

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