Opinión

El estigma tiene un precio

Poco a poco van saliendo a la luz y, poco a poco, vamos conociendo sus nombres, cargos y organismos que representan. Estos días, ha asomado la cabeza desde Europa un tal Klaus Regling, alemán para más señas y gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Este organismo ha sido el responsable del rescate de Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre, además del sistema financiero español. Funciona de la siguiente manera. Inyecta dinero en las economías a través de préstamos con tipos de interés muy reducidos; incluso más bajos que el coste de la financiación a través de la emisión de deuda pública soberana. 

¿Merece la pena acceder a esta línea de financiación que ofrece el Eurogrupo? Veamos. Todos los estados de la Eurozona tendrán importantísimos déficits presupuestarios este año originados por la crisis sanitaria, especialmente, en el caso de España e Italia. La línea de crédito que ofrece el MEDE para paliarlos en parte es de 25.000 millones de euros, pagaderos en diez años y prácticamente a un interés cero (0,1%). El instrumento de financiación europeo está al alcance de todos los miembros y nuestro amigo Klaus ha asegurado, además, que su adhesión no implica la imposición de ajustes macroeconómicos ni visitas de la “troika”, esas cosas que a ningún gobernante le gustan, especialmente, a aquellos que basan su acción de gobierno en descabezadas y expansivas políticas de gasto público. Solo pone una condición. Que el dinero se destine para financiar el sistema sanitario español, fuertemente castigado por los efectos de la pandemia. Para ello, tan solo habría que justificar que el dinero se destina a tal finalidad. ¡Faltaría más! 

Pero el pasado lunes, la vicepresidenta económica Nadia Calviño, ha vuelto a decir que no tiene intención de recurrir al MEDE, porque los mercados siguen admitiendo deuda pública española, faltándole por decir que “además, ese dinero nos lo podemos gastar en lo que nos dé la gana, políticamente, sin rendir cuentas a nadie”. Esto último no lo dijo, evidentemente, pero sospechoso resulta el rechazo al ofrecimiento europeo cuando la financiación del MEDE es mucho más barata que la obtenida por la emisión de deuda soberana.

Si España quisiera captar los 25.000 millones de euros en los mercados de deuda, debería pagar el tipo de interés actual (0,886%) que supondría, al cabo de los diez años, 2.215 millones de euros en intereses, siempre y cuando, el tipo no se vea incrementado por que empeore, por ejemplo, la situación económica. Los mismos 25.000 millones financiados a través del MEDE, a un coste fijo del 0,1%, supondrían unos intereses de 250 millones. Es decir, la financiación que Nadia Calviño rechaza, es 1.965 millones más barata.

No va a haber hombres de negro, no hay condicionalidad, ¿por qué, entonces, se desprecia esta opción de financiación? Es la política de nuevo; es la repulsa natural que tiene todo político a cargar con el estigma de haber pedido un rescate. Una desdicha.

Te puede interesar