Opinión

No cuela

Me ahorra mucha faena y es mucho más listo que yo. Por eso suelo asomarme periódicamente a los análisis que realiza el economista J.R. Rallo cuando el Gobierno publica los presupuestos o lanza un globo sonda para tantear la reacción de la opinión publicada y de otros ámbitos de la sociedad civil ante sus pretensiones de colarnos algún gol. Suelen ser sus análisis certeros, agudos y muy recomendables para quienes quieran realizar el sano ejercicio de desenmarañar las argucias y falacias del aparato propagandístico gubernamental. 

Nada más aprobarse el pasado martes los presupuestos del gobierno PSOE-Podemos, este economista, por cierto, vetado en la televisión estatal, alertó sobre la propaganda que las versiones oficiales habitualmente utilizan para deformar la realidad con el mayor descaro. A pesar de que la consigna oficial del Gobierno de coalición fue que las cuentas aprobadas estaban fuertemente comprometidas con la justicia social e incrementaban los impuestos a los ricos, la verdad es que el mayor incremento de la carga impositiva lo pagarán los de siempre. No cuela.

Para empezar, contemplan una previsión de crecimiento del PIB del 9,8%, pero no hablan de los condicionantes. El crecimiento previsto pasa por que el covid deje de crear estragos en la economía, que lleguen los fondos europeos, que el IBEX recupere el 32% que lleva perdido este año, que los turistas vuelvan en masa a nuestras costas, que todo lo que supuestamente nos hemos ahorrado en los confinamientos nos lo gastemos a espuertas el año que viene,… ¿Se cree alguien estas previsiones? ¿Dormirá bien Nadia Calviño después de decir que “nadie ve ahora un riesgo de crisis ni en el euro ni en España” y que “la fuerza y el vigor” ya están presentes en la economía española? Da la triste impresión de que tras toda esta propaganda se oculta un ejercicio de mera confianza. En realidad, dan por hecho que no se pueden cumplir pero “confían” en que si la economía va bien, seguro que se consuman. ¡Nos ha jodido! Pues claro, faltaría más. Ponga usted lo que quiera en el papel y confiemos en que un soplo divino nos traiga el maná del cielo. En fin, que estamos gobernados por unos visionarios que ni la bruja Lola, que en paz descanse.

Pero volvamos a lo de la “justicia social”. Por un lado, la recaudación esperada por el incremento a los que más tienen irá por tres vías: IRPF por el que se espera aumentar el ingreso en 144 millones de euros; Impuesto de Sociedades 473 millones; Patrimonio 8. Es decir, un total de 625 millones de euros. Pero otra de las vías, pasa por engrosar la recaudación al conjunto de la población (no solo a los más ricos): aumentar el IVA de las bebidas azucaradas 340 millones; 491, envases plásticos; incremento tributario al diesel, 459. Un total de 1.281 millones de euros, lo que supone el doble que a las rentas altas. ¿Esto es justicia social? Más bien propaganda populista.

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