Opinión

El notario, que se note

Nadie duda de lo durísimas que pueden resultar las oposiciones a jueces, notarios y registradores. Salvo contadísimas excepciones, exigen un esfuerzo y dedicación constantes durante no menos de de cinco años; casi siempre. Pero ya puestos a ponerle codos, no todos optan por la de Registradores aunque sea la mejor retribuida en este ecosistema de profesiones. Parece que hay más componente vocacional en la de Notarios y Jueces (la peor pagada).

En todo caso, algún estudio que cayó en mis manos muestra al notariado como la institución jurídica más frecuentada por los españoles. Acudimos a sus despachos para la tramitación de innumerables cuestiones, para que tanto las personas físicas como las empresas oficien sus procedimientos dentro del marco que permitan la legalidad civil, mercantil, administrativa y fiscal.

A pesar de ser empleados públicos los notarios no reciben una nómina fija y su retribución depende de varios factores: la notaría en la que trabajen, el precio de los aranceles notariales o el número de documentos que firmen a lo largo del año. No creo que a nadie le seduzca pagar la no pequeña minuta que acompaña al contrato elevado a público. Lo cierto es que parte de esa minuta se destina a cubrir sus gastos de estructura, trabajadores a su cargo y, en muchas ocasiones, al pago del tributo y la gestión de documentos ante Hacienda y los correspondientes registros.

Lo que no todo el mundo sabe, es que la labor de un notario va (o debería de ir) más allá de la mera adecuación de los documentos a la más estricta legalidad y seguridad jurídica. El propio Consejo General del Notariado recomienda acudir al notario apenas haya concebido la naturaleza del procedimiento que quiera tramitar, sin firmar ningún acuerdo privado previo. No hay que tener ningún reparo “en expresarle tus dudas y preocupaciones sobre cualquier cuestión relacionada con la tramitación de la escritura, con los impuestos, los registros… Si decides que por el momento no te conviene o no quieres hacer lo que proyectabas, el notario no te cobrará por esa consulta”. Es así, tienen la obligación de asesorar gratuitamente conforme a la legalidad vigente e incluso, la de recomendar a petición de su cliente el mejor itinerario de actuación conforme a sus intereses jurídicos, económicos y tributarios.

La elección de notario es voluntaria y libre, no como en el caso del juez o registrador, así que no acuda al despacho de un notario que sea el templo de la arrogancia, que actúe con soberbia o escatime tiempo en asesorarle en su consulta. Que se note su vocación de prestar el mejor servicio personal posible. Será por notarios.

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