Opinión

Ciclogénesis y otros asuntos

Lo peor de las sucesivas ciclogénesis que hemos sufrido en España en las últimas semanas no fueron las nevadas, granizadas, riadas, etc., ni las bajas temperaturas, ni los aludes en el Pirineo, ni el violento oleaje en la costa, ni las caídas de árboles, ni los vientos de cien kilómetros por hora. Lo peor y no entiendo cómo no lo mencionan los telediarios nunca, es que no podías sacar al perro. Yo sacaba a mi cachorrito chihuahua Atticus a la calle y era como si en lugar de un perrito llevara una pequeña cometa ladradora. Los turistas incluso nos hacían fotos.

A propósito de perritos recientemente he descubierto que el precioso cuento "La dama del perrito" de Chéjov fue editado por un amigo mío hace años en gallego y el título en gallego era "A dona do cuzo". Esto lo cuento porque al menos yo (claro que mi gallego no es ninguna maravilla) desconocía la existencia de dicha palabra "cuzo" que significa precisamente "perrito". Todos los días se aprende algo nuevo.

Volviendo a las ciclogénesis hace poco leí un artículo en la prensa en el que un ornitólogo explicaba que el cuco, un pájaro que viene de África todas las primaveras, este año ha retrasado su llegada a Galicia un mes. No me extraña nada, yo si fuera cuco tampoco me hubiera acercado por aquí en esos días. 

Hablando del clima que nos tocó este año, circuló una broma por internet que decía más o menos así: "A todos los gallegos. Los dos días de sol que hubo fueron solo un simulacro. Repetimos, un simulacro. Firmado, la autoridad competente." 

Lo que tuvo de bueno todo eso es que favoreció al sector del turismo a lo bestia, y me refiero obviamente al turismo en dirección al Caribe y a otros destinos similares. Pregúntenle si no a las agencias de viajes. Estaban encantadas.

A mí me gusta la lluvia, la verdad, pero como a tantos a los que nos gusta la lluvia, tanta no nos gusta nada. Es como todo, si a usted le gusta el chocolate pero le hacen comer tres kilos de golpe, deja de gustarle.

Aparte yo supuse que en Santiago ya estaban organizando las famosas carreras de traineras de la Quintana que los estudiantes en mi época jaleábamos con gritos, aplausos y silbidos desde la Casa de la Parra a donde gracias a Santiago Apóstol no llegaba el nivel del agua. No sé. A lo mejor estábamos fumados y solo me lo imaginé. Que alguien me lo confirme, por favor.

Pero aparte de las ciclogénesis meteorológicas que son relativamente normales y aceptables, en los últimos tiempos tenemos otras ciclogénesis mucho peores como por ejemplo la ciclogénesis Iglesias/Errejón, la ciclogénesis juez Lamela, la ciclogénesis explosiva de los pensionistas y ¿cómo no? la ciclogénesis Cifuentes. Esta última fue tan intensa que incluso dejó al tornado Puigdemont en calma chicha.

Sigamos poniéndole nombre a los imprevistos sucesos meteorológicos. Es lo que hay.

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