Opinión

El CIS

El CIS, que se ha convertido en una institución absurda e incompetente (quizá lo fue siempre), ha hecho una encuesta en la que entre otras preguntas hay una fascinante. Dice así: Si tuviera que elegir usted a quién administrar vacunas, respiradores o medicamentos del covid-19 si escasearan, ¿a quién elegiría entre las siguientes opciones? Las opciones son: a) jóvenes, b) enfermos, c) ancianos, d) lo dejaría a criterio médico.

Como la realidad es que eso se está haciendo ya a criterio médico y por eso inteligentemente se está vacunando primero a ancianos, personas de riesgo, sanitarios, etc., los que han marcado esa respuesta que son solo un 1,7% de los encuestados, algo residual, no interesan.

Los interesantes son los otros. Un 29,6% eligió los jóvenes porque... tienen más vida por delante. Un 26,2% a los enfermos. Y solo un 9,6% a los ancianos.

Lo de primero los jóvenes porque tienen más vida por delante puede parecer generoso, como "las mujeres y los niños primero" en el salvamento de un naufragio, pero yo creo que es una elección puramente emocional y equivocada. Yo también preferiría que vacunaran a mis ahijados y a los hijos o nietos de mis amigos antes que a mí. Seguro. Pero si lo pensamos bien es una elección tonta. Si los jóvenes tienen más vida por delante, supongamos, ocupémenos antes de los que no la tienen, los enfermos y los ancianos ¿o no?

La pregunta es tan estúpida que me ha recordado un par de anécdotas. La primera es una escena de la bonita película "Cuenta conmigo" de Rob Reiner en la que dos de los niños protagonistas, Vern y Teddy, tienen este breve diálogo.

VERN: Oye Teddy, ¿tú quién crees que puede más, Super Ratón o Supermán?

Y Teddy que es un poco irascible y muy autoritario le contesta así.

TEDDY: ¡No seas idiota Vern, Super Ratón es un dibujo animado, y Supermán un tío cachas!

Claro, no son comparables. 

Segunda anécdota. Hace poco en una tonta conversación en internet sobre mascotas, alguien a quien no conozco pero sin mucha cabeza me puso en la imaginaria tesitura siguiente: "Si tuvieras que entrar en una casa en llamas y elegir entre salvar a un niño o a un cachorro ¿qué harías?" Lógicamente (esto se parece a lo de Super Ratón y Supermán) le contesté que salvaría al niño. Pero por ver si me entendía bien añadí esto: Claro que si tuviera que elegir entre salvar a mi perrito Atticus o al niño Hitler, salvaría a Atticus.

Esas preguntas infantiloides planteadas así son como la que le hacen a un condenado. Oiga ¿usted como quiere morir, fusilado, quemado, guillotinado, electrocutado, garrote vil? Y la única respuesta posible es: pues mire, elija usted. 

Por eso en mi opinión los únicos que han dado la respuesta correcta a la encuesta del CIS han sido los de ese pequeño 1,7% que piensan que lo mejor es dejar ese asunto... en manos de otros.

Llámenlo cobardía.

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