Opinión

Para frugales nosotros

La frugalidad es algo sobrevalorado. Lo de los países frugales de Europa por ejemplo, es de broma. ¡Vaya gracia! Para entender esa idea de supuesta frugalidad que defienden algunos políticos por ahí actualmente, por Europa adelante no se sabe muy bien con qué intenciones, creo que hay que volver a ver aquella magnífica película danesa de Gabriel Axel titulada "El festín de Babette". Una peli en la que se explica que les pasa por la cabeza, por el gaznate, por las fosas nasales o por las papilas gustativas a esos religiosos puritanos tan frugales y pacatos ellos, cuando les ponen encima de la mesa una comida estupenda, riquísima, que no tiene nada que ver con la maldita patata cocida sin nada que comen todos los días desde que eran niños. Vuelvan a ver la peli, es maravillosa: "El festín de Babette". Basada por cierto en un precioso cuento de Isak Dinesen.

En realidad ese discurso politico no tiene nada que ver con la frugalidad. Es un simple postureo sin sentido. Y mentiroso. Pensemos: ¿qué fabrican nuestros conciudadanos de Europa? Pues coches sobre todo. Los franceses fabrican Citroën y Peugeot. Los alemanes Mercedes, Opel, BMW, Audi, Volkswagen, etc. Claro que siendo objetivos, franceses y alemanes no entrarían en el club de los frugales. Pero los holandeses no fabrican nada de nada, como no sean unos preciosos tulipanes de colores. 

¿Quién compra coches entonces? Pues los compramos nosotros, españoles e italianos. ¿Y quién compra tulipanes? Pues curiosamente también nosotros, aunque solo sea para alfombrar de colores la Castellana de Madrid de arriba a abajo cada año.

Pero sigamos haciéndonos preguntas raras. ¿Qué comen o de qué se alimentan esos tipos? Pues verduras, legumbres, frutas, aceite de oliva, vinagre, naranjas, peras, limones, fresas... ¿Y de dónde sale todo eso? De España, de Italia y de Francia mayormente, ¿de dónde si no? ¿Y quién lo cultiva, lo recoge, lo envasa y lo mete en camiones con destino a Holanda o a esos países tan admirablemente frugales? Pues inmigrantes marroquíes o subsaharianos en su gran mayoría. Unos morenos medio muertos de hambre que cobran un sueldo de pena y pernoctan en barracones para que los guapetes holandeses rubios y blanquitos se tomen una cerveza tranquilamente en Amsterdam con sus amigos, en una bonita terraza junto a algún canal perfectamente higienizado y ecológico.

Por eso digo que esa actitud de cierta ultraderecha europea del norte con respecto a los países del sur en sus discursos políticos es y fue siempre un simple postureo. Porque si nosotros nos morimos de hambre, ellos también se morirán de hambre. Y viceversa. Si yo no compro coches tú no vas a poder comprar verdura. Y eso que los holandeses, que no venden coches, tienen una agricultura fabulosa. Fabulosa sí, pero que aun a pesar de eso no les daría para comer todo lo que comen... a escondidas claro está. ¿Frugales? Frugales nosotros, que nos apañamos con una croqueta y un pincho de tortilla.

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