Opinión

La edad de la penumbra

En mi cumpleaños, que fue hace unas semanas, me regalaron un libro fabuloso: "La edad de la penumbra", de Catherine Nixey. Un libro que fue elegido como uno de los mejores de 2017 por The Telegraph, The Times, The Observer y la BBC, y que leí maravillado de un tirón. En él la historiadora inglesa describe con rigurosa documentación y una narración fascinante la destrucción de la cultura clásica grecorromana a cargo del naciente cristianismo en sus primeros tiempos.

A los cristianos actuales no les gusta que se mencione claro, pero fueron entonces exactamente iguales a los yihadistas de hoy. Demoliendo templos, mutilando estatuas, quemando libros y persiguiendo y asesinando a cualquier discrepante que encontraran y se atreviera a negar la realidad de aquel único dios nuevo, el suyo.

A mí me gustaría tener y creer en unas cuantas docenas de dioses como los antiguos griegos y romanos, Zeus, Hera, Apolo, Neptuno, Minerva, Mercurio, etc. Pero no puedo porque como explicaba magistralmente Chus Lampreave en aquella película de Almodóvar: "Lo siento señorito, pero yo soy testigo de Jehová y mi religión me prohibe mentir. Yo solo puedo decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Ya me gustaría a mí mentir, pero eso es lo malo de las testigas, que no podemos mentir."

Catherine Nixey reúne en su libro una larga colección de antiguas verdades enterradas por aquella creencia emergente y triunfante que se hizo dueña de todas las opiniones y negó las demás. Las representaciones de dioses, diosas y héroes fueron castradas o descabezadas de forma sistemática (esa es la razón de que las pocas estatuas que conservamos no tengan cabeza o atributos sexuales y no la erosión como nos contaron en el cole); las construcciones y los edificios públicos fueron destruidos y sus piedras empleadas después para construir los nuevos templos, y la filosofía, el pensamiento o la investigación científica, perseguidos hasta casi hacerlos desaparecer. Nuestro brillante Alejandro Amenábar nos regaló una película preciosa, "Hipatia", en la que se cuenta también parte de eso en clave de cine.

Pitágoras ya sostenía que la tierra era esférica y Eratóstenes calculó su circunferencia con bastante exactitud. Los mapas de Ptolomeo también son ilustrativos al respecto. Agustín de Hipona y Tomás de Aquino creían que la tierra era esférica sí, pero al mismo tiempo cientos de autores cristianos siguieron manteniendo durante siglos que era plana. La diferencia entre Agustín de Hipona o Tomás de Aquino y usted o yo es que ellos podían decirlo entonces, pero si lo decíamos usted o yo, unos simples paisanos de a pie, corríamos un riesgo bastante alto de quedarnos, al igual que aquellas estatuas, sin cabeza.

"La edad de la penumbra" es una joya impagable para entender lo que ocurre hoy con los musulmanes radicales en tantos sitios del mundo. Lo mismo que ocurrió al principio de nuestra era con los cristianos. Lo mismo. La única diferencia es que hoy... tenemos internet.

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