Opinión

Militares, benditos sean

Como hijo de los sesenta, izquierdoso, lector y amante de todo lo prohibido, de joven fui fervientemente antimilitarista. Eso me lo curó la mili. Siempre he dicho que yo entré en la mili hippie antimilitarista y salí hippie promilitarista. La idea de un hippie promilitarista puede sonar rara, pero no lo es. Solo hay que pensar correctamente.

Pablo Iglesias no asistió al desfile de las Fuerzas Armadas. A mi me cae bien Pablo, pero en este tema no acabé de entender si tomó esa determinación porque va de pacifista total o solo porque llovía. No parece darse cuenta de que quienes forman parte del ejército español son tan españoles como los demás. ¿Iría Pablo a una concentración de ingenieros agrónomos o forestales? ¿O a una de panaderos? No sé. El líder de Podemos dijo una vez que el cielo se toma por asalto, cierto, pero tampoco debería hacer tan alegremente estos brindis al sol. Cada día más parece que a Pablo aun le falta caerse del caballo antes de llegar a Damasco.

Mi aprecio por las Fuerzas Armadas ya que muchos de mis amigos son "de izquierdas" y en mi generación parece como si por serlo tuvieras que estar en contra de los militares, me ha granjeado a lo largo de los años muchas dicusiones tontas. 
Los militares son tan necesarios como los fontaneros, los poetas, los maestros o lo que sea. Quizá más. Y hoy en día seguro que más, hoy son imprescindibles. La sociedad la hacemos todos y quien piense que puede vivir sin ejército es tan idiota como quien piensa que puede vivir sin fontaneros. Alguien tiene que arreglar las tuberías, y yo no lo voy a hacer.

En la mili aprendí una expresión latina famosa: "si vis pacem para bellum", "si quieres la paz, prepara la guerra". Entonces yo era escribiente de mi compañía, y al contrario que los otros soldaditos que tenían que cargar todo el día con el pesado cetme, llevaba una ligera y comodísima Parabellum 9mm en la cadera, como los etarras.

En "El Señor de los Anillos" hay un fragmento de Las Dos Torres, creo, que ilustra mi idea sobre los militares. Eowyn está herida en Las Casas de Curación de Gondor tras haberse enfrentado a un Nazgûl. El Mayoral Médico la visita cada día y no deja de lamentarse en voz alta sobre los desastres que causan los hombres de guerra y cómo siempre tienen que repararlos los médicos. Eowyn, una doncella guerrera, soporta estoicamente ese discurso hasta un día en que le contesta: "Señor Mayoral, para que haya guerra basta un enemigo, no dos. Y también el que no tiene espada puede morir bajo la espada. ¿O acaso querríais que los hombres de Gondor solo juntaran hierbas mientras el Señor Oscuro junta ejércitos?"

Benditos sean los militares. "Blessed are" como decía aquella canción de Joan Baez. ¡Vaya, hay que fastidiarse, Joan Baez!, si es que al final... sigo siendo un maldito hippie.

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