Opinión

Muera la inteligencia

La asociación "Veteranos Legionarios de la Plataforma Patriótica Millán Astray" (el nombrecito se las trae, pero la verdad es que me viene genial para rellenar el artículo con unas cuantas palabras inútiles) ha remitido un curioso comunicado a la productora de la próxima película de Amenábar "Mientras dure la guerra" en el que conminan a su director y autores a que en la película el personaje de Millán Astray interpretado por Eduard Fernández no diga la famosa frase "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!" frente a Unamuno (Karra Elejalde) en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Esto viene a cuento de un reciente estudio del historiador Severiano Delgado en el que se acredita, parece ser, que Millán Astray nunca dijo esa frase.

¡Vaya! No dudo que los legionarios, que como cualquier otro cuerpo militar merecen todos mis respetos, sepan mucho de jugarse la vida por nosotros en tantas ocasiones, algo admirable y que debemos agradecerles siempre, pero lo cierto es que de cine o de literatura no tienen ni idea; eso por no decir de historia. Y aquí va la explicación.

"Se non è vero è ben trovato", ya lo dijo el astrónomo italiano Giordano Bruno en el lejano siglo XVI y, por si nos quedaba alguna duda de lo que significa la frase, nos lo repitió y aclaró el director de cine John Ford en el siglo XX con otras palabras: "Si la leyenda supera a la realidad, sigue la leyenda". 

Si hiciéramos caso de la absurda sugerencia de la asociación VLPPMA (renuncio a volver a escribir su nombre completo a pesar de que me conviene para ahorrarme trabajo) no existirían en nuestra memoria cientos de personajes míticos cuyos retratos son precisamente los que nos han legado los libros, el cine, etc., aunque no sean exactos. Una película que trata un tema histórico no es un ensayo científico, no puede serlo. Es un entretenimiento artístico y cultural que mezcla, confiamos en que sabiamente con inteligencia y talento, ficción y realidad. 

Tal vez Millán Astray no dijo la frase, puede ser, pero lo cierto es que la frase resume perfectamente al personaje y le va como un anillo al dedo, por mucho que eso disguste tanto a la VLPPMA. 

Seguro que Billy the Kid no oyó sonar nunca la bellísima canción "Knockin' on Heaven's Door" de Bob Dylan, mientras agonizaba en Fort Summer en julio de 1880 con una bala en el estómago. Pero nosotros, gracias a la maestría de Sam Peckimpah, siempre lo recordaremos así, al final de "Pat Garrett and Billy the Kid" llamando, llamando, llamando a las Puertas del Cielo mientras se desangraba irremediablemente y su esposa mejicana, interpretada por la guapísima Katy Jurado, lo miraba desde lejos y se deshacía en lágrimas junto a aquel maldito río. 

Así que confiemos en que no muera la inteligencia y que Amenábar que es uno de nuestros mejores directores de cine, uno extraordinario, haga lo que seguramente hará... seguir la leyenda.

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