Opinión

Presidentorra

Quim Torra, a quien los medios llaman president Torra constantemente y yo no puedo evitar leer "presidentorra" con perdón, se está consagrando como el político más vacuo e inoperante que hemos conocido en España en toda nuestra historia. Ni siquiera aquel expresidente de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, llegó a tan bajas cotas de atractivo o interés como ese tipo nacido en Blanes (Gerona), que igualmente podía haber nacido en Boiro (A Coruña), o en Tomelloso (Ciudad Real). ¿Qué más daba?

Entre las muchas y banales acciones de Quim Torra una de las mejores últimamente fue enviarle una carta al rey Felipe VI, que el rey ni siquiera abrió. A los antimonárquicos cualquier cosa que haga o no haga un rey les repugna, pero los reyes saben mucho de símbolos, rituales y gestos. De hecho lo suyo, la monarquía, actualmente ya es solo un puro símbolo ritual. Y ahora, perdonen ustedes el mal ripio casi de Sabina, pero es que en ese asunto, la carta de Quim Torra, "lo de Felipe Sexto fue todo un Gesto" (ya ven que me ha salido el pareado sin haberlo preparado ¡uau!).

Hace años, viviendo en Madrid, tuve la suerte o lo que fuera, de asistir como invitado a la lujosa inauguración del Museo Thyssen-Bornemisza. Un espectáculo montado a la mayor gloria de Tita en el que ella, acompañada de su queridísimo barón que entonces todavía estaba vivo, consiguió por fin codearse con los reyes de España, lo que siempre había soñado, supongo. Allí todos vimos lo mismo, aparte del espantoso retrato que le había hecho a Tita aquel pintor, Macarrón. 

El barón tenía cara de póker. El rey don Juan Carlos tenía cara de póker. Todos los asistentes teníamos cara de póker. Tita llevaba un vestido hasta los tobillos e iba cargada de joyas como si tuviera dieciséis años y aquello fuera una puesta de largo juvenil, lo que a aquellas alturas ya no le pegaba. 

Y la reina, doña Sofía, llevaba el mismo vestido de falda corta que había llevado el día anterior en otra inauguración y unos diminutos pendientes de perlitas, también repetidos. Por supuesto se hicieron todos las fotos de rigor, juntos el barón, Tita y los reyes. Pero en esas fotos bastante obligatorias, consulten ustedes la hemeroteca, se ve que la reina está allí porque le toca, pero no está muy a gusto. Gestos. Hay que saber leerlos o interpretarlos. Los gestos tienen sentido e intención. Y los reyes, todos los reyes son especialistas en eso. En gestos.

El problema de Torra es que no lee el ¡Hola! porque es una revista española, y el ¡Hola! te enseña más de política que todos los libros de economía del siglo XIX juntos. 

Felipe VI ni siquiera abrió la carta de Quim, la remitió a La Moncloa tal cual, para que Pedro Sánchez se hiciera cargo del petate. El petate, ya saben, era el saco que nos daban a los soldados cuando la mili era obligatoria.

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